Jim Wong

Parece que las malas noticias a causa de los resultados económicos del tercer trimestre no cesan. Si ayer era el CEO de BlackBerry el que abandonaba su cargo por la complicada situación, ahora el de Acer se ve obligado dimitir. Y es que a la compañía taiwanesa le ha afectado el declive del mercado del PC, y ha presentado unas pérdidas muy importantes. Por ello, va a realizar reestructuraciones, incluyendo numerosos despidos y la cancelación de productos, con el objetivo de reducir sus gastos en el futuro inmediato.

El nuevo sistema operativo de Microsoft supone una importante ruptura con el pasado, y muchos eran los que esperaban que estos cambios tan radicales empujaran a los consumidores a renovar su hardware de manera masiva. Por desgracia, el recibimiento de Windows 8 está siendo bastante discreto, y algunos fabricantes no consideran suficientes las ventas de los dispositivos que lo incluyen, hasta tal punto que Acer valora empezar a utilizar una plataforma alternativa.