La Playstation original salió al mercado en 1995, su sucesora llegó en el año 2000 y la PS3 en 2007. Los lanzamientos de la competencia fueron aun más ajustados. A la vista de esto, muchos entusiastas de los videojuegos se preguntan si no es el momento de empezar a pensar en la renovación de las consolas de sobremesa. Muy poco sabemos de las estrategias de las compañías, pero podemos intentar adelantarnos al futuro de la industria.
“Es la economía, estúpido”
La situación económica no es favorable para ninguna iniciativa empresarial. En este contexto, es arriesgado proponer a los jugones una renovación de su hardware. Sobre todo viendo lo que pasó al principio de la presente generación: la Wii arrasó, en parte debido a su bajo precio, y la PS3 tardó en despegar por su prohibitivo coste. Además, las actuales consolas no tienen todavía unos precios asequibles, sería una locura pensar en unas sucesoras aun más caras. Tampoco hay que olvidar que en cada generación los costes de desarrollo de los títulos punteros aumentan, y que las third parties podrían ser reticentes a apoyar nuevas consolas en este momento.
La potencia actual es suficiente
La mejora de los gráficos siempre ha sido el factor que ha empujado a los usuarios a renovar su hardware. A día de hoy, sería perfectamente posible lanzar consolas capazes de ofrecer juegos con un aspecto mucho mejor. Pero la mayoría de los aficionados coincide en que los juegos actuales son visualmente atractivos, y no consideran urgentes mejoras en ese campo. No hay que olvidar que, generación tras generación, los avances gráficos han sido una prioridad, y que a día de hoy el nivel es muy alto. Sony está apoyando el 3D esteroscópico en su PS3, y su éxito está siendo escaso. Quizá sea un mensaje de los jugones: la parte visual ya no es el factor clave, hay que aportar algo más.
El control por movimientos
Nintendo acertó de lleno al incluir sensores de movimiento en los mandos de la Wii. Sony y Microsoft se han unido hace muy poco a este nuevo mercado. Lógicamente, no han optado por lanzar nuevas máquinas, lo único que necesitaban eran nuevos controladores. Considerando que los juegos casuales parecen seguir teniendo futuro, lo lógico es que ambas compañías se centren durante un tiempo en sus respectivos Move y Kinect , sin embarcarse en mayores aventuras.
Supongo que muchos de vosotros esperáis ansiosos anuncios de nuevas consolas en la próxima feria E3, tal y como me pasa a mí. Os he expuesto los motivos por los que no tengo esperanzas de que eso vaya a ocurrir. La única posibilidad es que Nintendo dé la sorpresa, ya que su Wii pierde fuelle por momentos. Pero sin duda apostarían por algún tipo de innovación orientada al público más general, en lugar de centrarse en el aumento de potencia gráfica. Así que los hardcores sólo podemos armarnos de paciencia. Por suerte, este año no nos faltarán juegazos que nos hagan más llevadera la espera.
