Con casi cincuenta años a sus espaldas, Doctor Who es la serie de ficción más longeva de la televisión (hay que obviar, claro está, los parones que tuvo en los ochenta y noventa, cuando la calidad y las audiencias descendieron estrepitosamente). Podría decirse, filias y fobias aparte, que constituye ya una parte indisoluble de la historia del mundo audiovisual. Por ello, no sorprende tanto la aparición, como si de un descubrimiento arqueológico se tratase, de dos episodios desaparecidos hasta ahora.
Parece extraño, casi inverosímil, que los episodios de una serie puedan desaparecer, así sin más. La respuesta está en eso que todos hemos hecho alguna vez con nuestros antiguos y entrañables VHS: grabar encima. Incluso en una gran cadena como la británica BBC tuvieron que recurrir a esas artimañas más de una vez, allá por los años sesenta, aunque más bien por razones de espacio físico. No había manera de guardar tantas y tantas cintas con metraje de Doctor Who, por lo que llegó un momento en que muchas de ellas se reutilizaron para grabar otros programas.
Se calcula que llegó a hacerse esto con al menos cien capítulos distintos de Doctor Who, pertenecientes a varias de las encarnaciones del Doctor… hasta que, ya llegados los noventa, la BBC se dio cuenta de que había que enmendar tan tremenda metedura de pata y comenzó la búsqueda y captura de los episodios desvanecidos. Para ello han recurrido, cómo no, a los fans incondicionales. De hecho, los capítulos que acaban de recuperarse han sido donados precisamente por un aficionado anónimo que los tenía en su poder.
Los nombres de ambos son Galaxy 4 y The Underwater Menace y pertenecen, respectivamente, al primer Doctor (William Hartnell) y al segundo (Patrick Troughton). Por el momento están guardados en el Instituto de Cine Británico, a buen recaudo y sólo visibles para unos pocos elegidos, pero la BBC ya ha anunciado que serán puestos a la venta en 2012 en ediciones especiales.
