Los tres estados del alma de Antonio González Guerrero

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A pesar de su extensa obra y del gran número de premios y menciones que cosechó a lo largo de su vida, Antonio González-Guerrero es un poeta relativamente desconocido para el gran público. Hoy os acercamos un poco más al hombre y al autor con una reseña de su libro Los tres estados del alma y otros relatos.

Antonio González-Guerrero no es un escritor demasiado conocido para el gran público lo cual no impide que esté considerado como uno de los grandes transformadores del lenguaje poético que se llevó a cabo en la década de los ochenta.

Con una escritura personal, intransferible y reconocible desde el primer adjetivo es autor de 18 libros de poesía (3 de ellos publicados tras su muerte) y un pequeño libro de relatos sobre el que quiero centrar la atención.

Antonio González-Guerrero

Los tres estados del alma y otros relatos (el segundo libro de González-Guerrero) nos ofrece una amplia visión sobre lo que sería el resto de la obra del poeta pues en él ya se adivinan las grandes referencias entorno a las que girarán su poemas y su vida: el amor, la muerte, su Bierzo natal y especialmente Corullón y, por último, la mitología y las leyendas que se pierden en los orígenes del tiempo.

Con una prosa pulcra y precisa Antonio va desgranando palabra a palabra este universo, desnudando las acciones, mostrándonos su yo más íntimo en una sucesión de relatos que, en su mayoría, constituyen una radiografía de su alma.

Hay que tener en cuenta que este libro lo publicó con apenas 27 años, lo que hace probable que muchos de los relatos fueran escritos en sus años de instituto o universidad, incrementando el mérito de una narración que sorprende por su madurez estructural y el tono intimista que enlaza entre sí casi todos los relatos del libro.

Como renovador del lenguaje poético el libro está plagado de nuevos términos, palabras que el poeta intuye (aunque no existan) y que nos regala para nuestro goce, para comenzar a construir ese universo de fríos y soledades que impulsan toda la creación.

A pesar de que es complicado hacerse con un ejemplar de la obra (quizá sólo factible a través de internet) recomiendo ampliamente su búsqueda y localización, su lectura detenida que nos enseña a disfrutar del poso que dejan en nosotros los que para González-Guerrero eran los tres estados del alma: Angustia, Reflexión y Felicidad.

Archivado en Literatura, Poesía, Relatos
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