A veces recibimos noticias realmente insólitas, pero detrás de casi cualquier historia increíble hay una explicación, aunque en este caso no muy convincente. Y es que cuando un representante del pueblo accede a su cargo, lo mínimo que podemos esperar es que desempeñe con cierto de celo un trabajo por el que será generosamente remunerado. O que al menos se moleste en delegar la lectura de las leyes que va a apoyar a un subordinado cualificado. Nada de esto parece ocurrir en el Senado de los Estados Unidos de América, a la vista de que se dan situaciones tan surrealistas como la que nos ocupa ahora.
Nos enteramos de que se ha despenalizado en el ejército del país el sexo con animales. El origen del problema es que se pretendía ajustar los códigos de conducta de la institución a la doctrina del Tribunal Supremo, que desde 2003 declaró inconstitucionales y sin efecto las leyes que prohibían las relaciones homosexuales. Por lo tanto, se eliminó un artículo en el que la “sodomía” era penada. Por desgracia, la definición de sodomía incluía tanto la zoofilia como las relaciones entre personas del mismo sexo.
Es de suponer que este error será subsanado en breve, pero la aprobación de un texto legislativo es un asunto de la máxima seriedad, y resulta inaceptable que en un proceso clave para el funcionamiento de la democracia puedan surgir esta clase de problemas. Aunque parece extremadamente dudoso que los militares vayan a hacer uso de este nuevo derecho, que debemos considerar anecdótico o casi humorístico, si quisieran podrían poner en una situación comprometida a la institución. Si se llegan a aprobar leyes como esta sin conocer su verdadero alcance, no sería raro que otras de mayor importancia tampoco hayan sido debidamente estudiadas antes de proponerlas.
¿Qué te parece esta noticia? ¿Piensas que estamos ante una situación curiosa, pero que no reviste mayor gravedad, u opinas que es inaceptable que cualquier ley, por irrelevante que resulte, sea aprobada con errores de esta magnitud?
Imagen | The U.S. Army
