Una nueva semana comienza, y ya estoy aquí para hablar y debatir con vosotros otra vez. En esta segunda semana de nuestra sección de fotografía voy a tratar un tema muy controvertido, el grano o ruido. ¿Tiene un uso artístico o debemos temerlo?
Estoy acostumbrado a leer y escuchar en debates fotográficos que la aparición de ruido hace que una fotografía sea mala, que un fotógrafo sea criticado y que su trabajo no merezca la pena porque está mal hecho, sin embargo, qué es el grano y de dónde viene es lo primero en lo que deberíamos pensar.
La definición de grano la tomaré del fotógrafo Nacho Gutiérrez:
El grano proviene como resultado del proceso químico que es en sí la fotografía, tanto en la captación de luz y posterior “impresión” en el carrete como en el proceso del revelado químico. El tipo de carrete, los tiempos de exposición y de revelado, así como los productos empleados darán como consecuencia la aparición de texturas irregularmente distribuidas por toda la fotografía, y de diferentes tonos en función del revelado.
En la fotografía digital el ruido es algo de naturaleza puramente electrónica. En este caso, son el sensor y el procesado de la imagen lo que va a determinar la cantidad de ruido que aparezca. También existen otros factores determinantes, como el tiempo de exposición, la temperatura ambiente o la sensibilidad ISO.
Con las nuevas tecnologías fotográficas todos queremos sacar fotografías impecables, sin problemas de enfoque, de ruido o de trepidación, queremos hacer instantáneas completamente limpias, sin embargo y en el caso que nos ocupa, el grano siempre ha sido un recurso artístico muy utilizado.
Tenemos el ejemplo de Don McCullin, un fotoperiodista inglés conocido por fotografiar las miserias de la guerra y la pobreza. Nadie duda de la calidad técnica o artística de este fotógrafo y, sin embargo, en sus fotografías encontramos grano.
Los fotógrafos clásicos buscaban forzar la sensibilidad de sus cámaras, sobreexponían en los revelados o fotografiaban con altas temperaturas porque consideraban el grano un elemento básico en la fotografía.
Pero insistimos ¿Por qué? En general, el grano consigue añadir sensación y emoción a una fotografía, creando un efecto que en el caso de los retratos realza los rasgos y que en el caso de los paisajes añade una suavidad de estilo puntillista o una textura gruesa que potencia las inclemencias del tiempo.
Como vemos el uso del grano no es un error ni es síntoma de ser mal fotógrafo, es simplemente una manera diferente de entender la fotografía (tan válida como cualquier otra), un sistema más clásico y con un toque artístico, aunque como todo, tiene que ser controlado y usado con criterio.
Para terminar os propongo que le peguéis un vistazo al trabajo del fotógrafo holandés Anton Corbijn, lleno de fotos con mucho grano y grandes desenfoques.
Antes de irme voy a abrir el debate: ¿Qué opináis del ruido en la fotografía actual?
¡¡Hasta la semana que viene!!