Touch, un artificio new age difícil de sostener

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Ya sea porque representa la vuelta a la televisión de Kiefer Sutherland tras el final de 24 o por que Tim Kring es su creador, es evidente que había muchas ganas de ver Touch. Los más de 12 millones de espectadores que se quedaron delante del televisor al acabar American Idol lo demuestran pero apuesto a que muchos de ellos se hicieron la misma pregunta: ¿serán capaces de desarrollar una serie con semejante premisa?

Para los que no lo sepan, Touch narra la historia de Martin Bohm (Kiefer Sutherland), un ex-periodista que perdió a su mujer en el 11-S y que ha hipotecado su vida para sacar adelante a Jake (David Mazouz), su hijo autista. El chico, que desde que nació no ha pronunciado ni una palabra, tiene la capacidad de ver patrones matemáticos en todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá en el mundo, lo que le permite prever acontecimientos a partir de pequeños detalles sin conexión aparente.

Al contrario de lo que pasaba con el periódico que recibía Gary Hobson en Early Edition, el cuaderno en el que Jake escribe sin parar no sirve para evitar crímenes o desgracias sino que es una especie de mapa de ruta para que su padre procure que todo suceda como se supone, ya sea para permitir que un móvil determinado llegue a las manos apropiadas para impedir un atentado o para que un hombre pierda un tren y así pueda salvar unas cuantas vidas.

Touch de FOX

Al ver el piloto es inevitable pensar, tanto para la bueno como para lo malo, en Babel de González Iñárritu pero también en Six Degrees, aquel fiasco de serie protagonizada por Campbell Scott y Hope Davis, que contaba con un por aquel entonces casi desconocido J. J. Abrams como productor ejecutivo, y que seguía la vida de seis personas a partir de la idea de la teoría de los seis grados de separación. La única (y tal vez determinante) diferencia con estos dos ejemplos es que Touch incorpora una trama horizontal sobrenatural que conecta, nunca mejor dicho, las diferentes tramas verticales o episódicas. ¿Pero es esto sostenible? Difícilmente, sobre todo si tenemos en cuenta que detrás de la serie está Tim Kring, perpetrador de Heroes, y que en su momento no fue capaz de desarrollar una historia realmente prometedora.

Todavía no sabemos si “Touch” seguirá con la misma estructura en cada episodio pero todo parece indicar que se trata de un procedimental que intenta disimular que lo es dotándola de un halo new age que, personalmente, me molesta bastante. Y tal vez me equivoque pero diría que difícilmente conseguirán atrapar al espectador semana tras semana con este tipo de historias conectadas que, previsiblemente, (casi) siempre acabarán bien. Habrá que esperar hasta el 19 de marzo para comprobar cuantos de los 12 millones de espectadores se quedaron con ganas de más aunque lo realmente interesante sería saber cuántos de ellos decidieron volver a ver 24, porque aunque le pese, Kiefer Sutherland siempre será Jack Bauer.

Archivado en FOX, Kiefer Sutherland
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