La sorprendente noticia llegó horas después de que la cadena comunicase que paralizaban el rodaje y se comprometían a dejar definitivamente de utilizar caballos. El detonante fue un desafortunado accidente producido durante la grabación de una carrera y tras el cual uno de los caballos tuvo que ser sacrificado.
Este suceso pudo haberse quedado en tan sólo una anécdota desagradable de no ser porque hace unos meses la asociación PETA denunció la ocultación de las muertes de dos caballos durante la grabación de la primera temporada de Luck. En respuesta a las quejas, la cadena se comprometió a aumentar las medidas de seguridad para evitar sucesos similares pero al parecer no ha sido suficiente.
A pesar de todas nuestras precauciones, los accidentes, por desgracia, ocurren y es imposible garantizar que no volverán a ocurrir en el futuro. Por consiguiente, hemos llegado a esta difícil decisión. Estamos inmensamente orgullosos de esta serie, de la escritura, de la actuación, de la celebración de la cultura de los caballos y de todos los que han estado involucrados en su creación.
Así pues, es compresible que la HBO haya decidido curarse en salud y fulminarla antes de que el asunto se les fuese de las manos. Hay quién dice que se precipitaron al renovarla con tan sólo un episodio emitido y que ahora ha aprovechado la situación para quitársela de encima pero hay que tener en cuenta que la HBO, como cadena premium que depende de sus suscriptores y no de la publicidad, suele darse el lujo de producir series de calidad sin hacer caso de las audiencias y, en este caso, había apostado muy fuerte por Luck.
Todavía no se sabe qué sucederá con el material ya grabado de la segunda temporada pero es de esperar que la serie finalice con los dos episodios que faltan por emitir de la primera. No sólo nos quedamos sin una de las mejores series del año sino que además no dejarán sin un final más o menos cerrado. Una pena.