¿Y en qué consiste? Pues el Día de la Toalla surgió tras el fallecimiento de Douglas Adams, autor de la hilarante The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy (publicada en España por Anagrama como Guía del Autoestopista Galáctico), cuando un grupo de fans del escritor decidió rendirle tributo dos semanas después de su muerte. Desde entonces, todos los años sus fans le honran portando una toalla al cuello todo el día.
Este curioso homenaje tiene su origen en la divertida saga protagonizada por Arthur Dent, en la que un humano que escapa por los pelos de la Tierra cuando ésta es demolida para construir una autopista galáctica gracias al aviso de su amigo Ford Prefect, un extraterrestre del planeta Betelgeuse que fue enviado a la Tierra por la editorial en la que trabajaba con el objetivo de escribir una artículo sobre el planeta para la Guía del Autoestopista Galáctico .
Como en todas las guías, además de mostrar las bondades de los lugares reseñados, también proporciona consejos útiles y expresa la importancia de llevar encima una toalla:
[…] Una **toalla** es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.
Después de estas razones de peso, ya estamos tardando en salir a la calle armados con nuestras toallas. Todo son ventajas. Y si todavía no has leído nada de Douglas Adams ya sabes lo que te toca. Pero ante todo mucha calma (Don’t Panic) porque es altamente adictivo, aunque con las risas que te vas a echar ganarás dos años más de vida ¡como mínimo!
