Víctor Hugo:
Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha.
País: Venezuela. Estado: Zulia. Ciudad: Maracaibo. Pueblo: Santa Rosa de Agua.
El lago Maracaibo, el más grande de Suramérica y el mayor del mundo con salida al mar, y el Parque Comunal Tierra de Sueños, el único pulmón verde que le queda a la ciudad, son testigos involuntarios de la tragedia. La Comunidad de Capitán Chico bautizó estas costas con el nombre de “Playa Plástica”. No tuvieron que devanarse los sesos para dar con el más acertado. Da rabia. Es desolador. Indignante.
Turistas y amantes de la naturaleza visitan continuamente el lugar del crimen. Es una de las paradas estrella, para quienes pasean por el cercano “sendero de interpretación”. Los senderos de interpretación son unos caminos que recorren espacios naturales, diseñados para acceder al conocimiento científico de una forma divertida y sin causar ningún daño al entorno.
Los Ecoguías explican el impacto de la contaminación por plástico y advierten de la importancia de preservar los manglares como garante de la biodiversidad de los bosques de costas. Son pedagogos sin altavoz. Diecinueve municipios comparten la cuenca del lago Maracaibo, y tristemente, siguen usando el lago y los ríos que desembocan allí, como basurero o relleno sanitario clandestino. Recibe 10.000 litros de aguas negras por segundo. La irresponsabilidad y la impunidad de los culpables, pone los pelos de punta, en pleno siglo XXI. La capacidad de depuración de los ecosistemas no es infinita.
Los grupos ambientalistas zulianos pretenden crear una conciencia ecologista en la zona, protestan sin descanso por los cientos de toneladas de polietileno y polipropileno que se depositan en las costas del bosque de manglar. Su objetivo es que no se produzcan casos similares, quieren encontrar una solución a la contaminación por plástico. Buenas intenciones, pero… no hay peor sordo que el que no puede oír. O sí, hay otro peor. El que por una oreja le entra y por otra se le va.
Ojos que no ven, corazón que no siente. Hoy estoy sentido y refranero. No deberías haber leído este artículo, no tendrías esa cara de preocupación y repugnancia que tienes ahora. O… puedes visitar este rincón caribeño en pleamar. Con la marea alta. No verás nada, te lo aseguro, podrás seguir sumergido en tus oscuros asuntos. Porque claro, necesitas comprar unas nuevas gafas de sol, las que llevas puestas están rayadas. Yo también; tengo que comprar unas gafas de sol y estoy rayado. ¿He traído la crema solar?
Cuando baja la marea aparece el tesoro. Una grosería. Descubrimos impresionados, las montañas de porquería que se han ido acumulando a lo largo de los años, los desechos plásticos que se han adherido al suelo marino. Es la “Playa Plástica”. Un diamante ensangrentado. Si estás orgulloso de tu amistad con Diógenes, allí encontrarás recuerdos gratis para decorar tu casa. Una botella de gaseosa, una nevera, envoltorios de comida, botellas de refresco, envases de bebidas alcohólicas, restos de cartón…
El plástico es un elemento muy peligroso. Se degrada muy lentamente, podría tardar cientos de años, por lo que permanece en los ecosistemas y acumula partículas de microorganismos, como hongos y bacterias, que al entrar en contacto con los humanos son vehículo de enfermedades.
Nunca verás a Angelina Jolie y a Brad Pitt pisar esta alfombra de residuos de plástico. La basura ha quedado enquistada entre las raíces del bosque de mangle rojo o negro. Llegarán nuevos desechos, las mareas arrastrarán más “regalitos”. La “Playa Plástica” se hará más y más parecida a las islas de plástico de los océanos Pacífico y Atlántico.
Diego Díaz, biólogo y presidente de Vitalis, una ONG ambiental venezolana:
El plástico lo vemos por ser un material muy versátil que está presente hasta en la ropa y tiene un volumen que le permite flotar, pero las playas también son afectadas por el vertido de elementos tóxicos, que van desde baterías de celulares hasta sustancias arrojadas por la limpieza de tanques y el uso de pinturas. Esto sin contar que las aguas residuales generadas en las casas también van a parar al Lago
Una gota de aceite de motor quemado contamina hasta un millón de litros de agua.
En vez de seguir viendo hacia afuera a ver quién da respuestas, cada persona debe adoptar un comportamiento responsable que contribuya a mejorar las condiciones del lago.
Elio Ríos, médico y vicepresidente de la ONG ambiental Naturazul:
El hombre, con su actividad humana, contamina el agua y la tierra. Hay falta de educación ambiental. Debemos pasar de grupos de concienciación a los de educación, porque conocemos el problema, pero eso no garantiza que actuemos para erradicar la contaminación en zonas costeras.
Aquí en España somos especialistas en cargarnos las costas. Podrían decirnos que no deberíamos dar lecciones. Aunque sinceramente, creo que este problema no es una cuestión de nacionalidades. Es un problema ético. Y de responsabilidad.
¡Qué cantidad de mierda! 🙁
Soy Venezolano y me has hecho llorar al ver esto. No tenía ni idea de que una atrocidad como esta existiera en mi amado país…