Devil’s Pool, la piscina del diablo

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¿Estás harto de nadar en la piscina municipal o de bañarte en el mismo jacuzzi? Ejem. Si te gustan las emociones fuertes, no lo dudes, tienes que probar ésta. La piscina del diablo, Devil´s Pool. Un regalo de la naturaleza, una joya perdida en el continente negro, que no tardarán en imitar en otras partes del mundo si huelen el negocio. No es la piscina más grande pero sí una de las más peligrosas. Y no lo digo por esos cocodrilos de boca cerrada a los que se les ve un diente a cada lado de la mandíbula. Atento: Paisajes increíbles, angustia, vértigo… y pavor. A querer despeñarte por el abismo.

Pulsa el play, vende tu alma, este artículo no se puede leer sin escuchar a los Stones, “Sympathy for the devil”. Hoy nos vamos de viaje, pediremos audiencia a Lucifer, queremos bañarnos en su piscina.

Piscina del diablo

Las cataratas Victoria son un sobrecogedor salto de agua del río Zambeze, en África, en la frontera entre Zambia y Zimbabue. Un Aquapark silvestre para King Kong. Eso sí, tendrás que conformarte con ver hipopótamos que permanecen hundidos hasta los hocicos, y cocodrilos hambrientos, hartos de masticar una y otra vez al mismo ñu para los documentales. Miden poco más o menos, 1,7 kms de ancho y 108 metros de alto. Las cataratas, no los cocodrilos. Casi el doble que aquellas del Niágara, en las que nos cautivó un ángel llamado Marilyn. Sólo hay un rival a su altura, un competidor digno con el que subirse al ring de los pesos pesados: Las cataratas de Iguazú.

Piscina del diablo 10

Los primeros ojos europeos que parpadearon incrédulos ante la belleza de las cascadas que hoy nos ocupan, fueron los de un ilustre explorador escocés, el inefable David Livingstone. Corría el año 1855. Obviamente, las bautizó. De ahí en adelante, el mundo las conocería con el nombre de la reina Victoria. Los lugareños, sin embargo, continúan llamándolas, Mosi-oa-Tunya, el humo que truena. ¿Qué nombre te parece más original? ¿Más adecuado?

Son una de las mayores atracciones turísticas del África austral. En el año 1989 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y algo no menos importante, desde 2010, las cataratas Victoria forman parte del proyecto “Área de Conservación Kavango-Zambeze”.

Cataratas Victoria vértigo

Permíteme que te presente la piscina del diablo, no hace falta que adivines su nombre, una pequeña laguna natural justo al borde de las cataratas, un reclamo turístico para que los más fanfarrones puedan darse un baño al filo de la navaja, apoyados en la propia cascada. Hay fotos majestuosas e impactantes.

Las medidas de seguridad se resumen en una inquietante frase, en cuatro palabras: La experiencia del guía.

Es quien se encarga de que no te emociones demasiado. Esto me aturulla, no puedo arrancarme estos malditos escrúpulos del siglo XXI. Las rocas mojadas que yo he pisado a lo largo de mi plácida vida, resbalan, y como se ve en los vídeos, el agua llega con fuerza. He leído que en cuestión de minutos el nivel puede subir un metro. Seré un cobarde, no lo niego, pero me parece muy arriesgado, muy peligroso. Una imprudencia. ¡Y más, con niños! ¿Crees que es una irresponsabilidad? ¿Hablamos de custodias? ¿Es libertad comprensible, o una temeridad paternal? ¿Recuerdas a Michael Jackson sacando a su hijo por la ventana?

Cataratas Victoria Peligro

Los afortunados que han disfrutado de esta experiencia, dicen que cuando tienen medio cuerpo fuera del agua, es como si volaran sobre la cascada… Pajaritos por aquí, pajaritos por allá. En las fotografías que los turistas cuelgan en diferentes páginas de Internet, es posible ver familias enteras y grupos de amigos, tomando un baño tranquilo junto al abismo, como si estuvieran chapoteando en la piscina de plástico del Carrefour en su propio chalé, riendo y posando con absoluta naturalidad. Superan el vértigo con tal de conseguir una buena foto. No es un truco de Photoshop, no es una ilusión óptica. Un empujoncito gracioso y haces el salto del ángel sin trampolín…

Vértigo Cataratas Victoria

Salto vértgo

¿Te gustaría sumergirte en sus aguas? Yo lo tengo claro. Sí. Me encantaría. En cuanto tenga una oportunidad de huir a África, llegaré al fondo de este plan. Le echaré valor y volaré a la isla de Livingstone, ya me veo caminando por esos senderos. Y en cuanto tenga frente a mí la absurda y atrayente Devil´s Pool, apretaré los dientes y respiraré hondo para intentar bajar el pulso que se me dispara, no quiero sufrir un ataque de pánico. Masajearé mi garganta, y saltaré de cabeza haciendo un mortal y un doble tirabuzón. Siempre y cuando, esto es fundamental, se respeten unas pocas condiciones, que se me han ocurrido espontáneamente. Veamos:

Volar Cataratas Victoria África

Hace años hice puenting, así que no soy un cualquiera, tengo experiencia en prevención de riesgos vacacionales. Empiezo. Necesitaría 10 arneses que me sujetaran a otros tantos árboles. Mejor 11. Un flotador con cabeza de pato Donald y unos manguitos a juego. Esencial. ¡Gorro de baño! Nunca voy a la piscina sin mi gorrito azul y blanco y mis gafas de natación. Los Vengadores deberían estar estratégicamente situados, por si fallan los otros preparativos. Sobre todo Scarlett Johansson; sonriéndome en la orilla. Con mi toalla de Coca Cola en una mano, y un vodka con naranja en la otra, para pasar el mal trago. Creo que por ahora es suficiente. No hay excusas. Veréis mis fotos próximamente… a no ser que el agua esté muy fría.

Vértigo

Si no te gustan los deportes de riesgo y quieres descargar adrenalina, has encontrado tu tesoro del Carambolo. Está abierto al público entre los meses de septiembre y diciembre, que es cuando el caudal disminuye. Si no respetas esta temporada y te apetece vivir UNA aventura insuperable, podrás coger la gran ola, sí, una ola que te arrastrará por una autopista de agua, hacia el cielo de los huesos rotos, donde podrás jugar al mus con Pilatos, Anastasia y JFK.

Arcoiris Cataratas Victoria

Seamos serios. La única forma de acercarte a este avispero de emociones es por medio de una agencia de viajes autorizada. Cada uno de los intrépidos visitantes firmará un papel que absuelve a la empresa de cualquier tipo de accidente que pueda ocurrir en el lugar. Eres el único responsable.

¿No prefieres recorrer el río Zambeze en canoa? ¿O sobrevolar las cataratas en helicóptero? ¿No te imaginas a Mick Jagger, a Keith Richards y compañía, tomando unas cervecitas, o lo que se tercie, en la piscina del diablo? ¿Habrán estado? ¿Cuántas inconscientes sonrisas se habrán congelado para siempre en esta idílica piscina? ¿Por qué sabemos cuántos minutos ha jugado esta temporada Altintop, y nadie publica estas estadísticas? ¿Quién las guarda? ¿Cuántos yernos generosos habrán invitado a viajar a este imponente rincón del mundo, a sus queridas suegras? ¿Qué loco se tiró ahí por primera vez?

Archivado en África, Cataratas, Naturaleza, Patrimonio de la Humanidad, UNESCO, Viajes
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