Desde que Internet es un espacio al alcance de todos y su utilización está tan extendida como desplazarse en bus, ir al cine o incluso comprar el pan se han ido sucediendo situaciones que han dejado por el camino a creadores sin su valor más preciado, el tesoro que mostraban al mundo desde su pequeño rincón ha dejado de pertenecerles de forma exclusiva.
¿Qué habría sido de Pablo Alborán si alguna discográfica le ‘robara’ sus canciones para ofrecerlas a otro artista aprovechando su anonimato? ¿En qué lugar estarían él y sus composiciones si alguien se las hubiese arrebatado? Son preguntas muy difíciles de responder pero que muestran que en la red a la que todos tenemos acceso cualquier cosa es posible, aunque irremediablemente, después ciertas actuaciones ¿ilícitas? tengan consecuencias.
Hace unos días se dio a conocer la noticia de que una firma brasileña (John John Denim) había utilizado la imagen de una chica española para estamparla en una línea de camisetas sin su consentimiento. Se trata de una marca al estilo de las empresas que conforman Inditex y que por lo tanto se puede permitir prácticamente cualquier bolsillo por lo que las fotografías que han tomado del blog de moda de Nuria López, conocida en el mundillo como Like a princess by Kuka, se han extendido con suma rapidez por la población carioca e incluso internacionalmente. La empresa insiste en que la imagen les fue facilitada por un proveedor externo para evitarse responsabilidades pero la demanda les ha sido interpuesta igualmente.
Como toda gran marca que se precie necesita de publicidad y es, en ese momento, donde Zac Efron entra en juego. El actor estadounidense ha posado ante los objetivos con la camiseta de la discordia mostrando al mundo a nuestra alicantina y ha supuesto que el parcial anonimato del que Nuria López gozaba, a pesar de mostrar su imagen desde el blog que escribe, se haya empañado.
Cuando estas situaciones tienen lugar hay dos opciones. Luchar para que a la persona agraviada se le compense con la intención de lograr un acuerdo con quien se está lucrando a costa de su imagen o ir hasta el final en los tribunales sin miedo a lo que pueda pasar. Para quien presenta la demanda es una oportunidad para aumentar su fama por lo que puede ser tachada de oportunista, pero ¿quién lo es más? ¿Una gran empresa que puede contratar a modelos, retratarlas y después lucirlas en sus prendas o una persona normal que publica fotografías propias en un blog y se ve inmersa en una situación como esta? La polémica y el debate están servidos y estoy segura de que habrá tantas opiniones diferentes como personas se atrevan a pronunciarse con respecto al tema.
Me surgen muchísimas preguntas con respecto a este tema y no todas ellas tienen una clara respuesta ya que delimitar el derecho a la intimidad y a la propia imagen cuando tú mismo cuelgas tus fotos a la vista de cualquiera es complicado pero más difícil es ojear una revista y darte cuenta de que gracias a una de tus creaciones hay una gran empresa que se está beneficiando y que va a obtener unos ingresos que en parte te corresponden porque eres tú quien ‘se está vendiendo’. Es en este cruce de caminos donde realmente chocan los derechos de unos y de otros y donde más que nunca cabe decir que la libertad de uno acaba donde empieza la de los demás.
¿Consideráis que alguien que publica algo en Internet se expone a que se lo usurpen? ¿Es justo que una empresa que ha tomado una fotografía de la red ahora tenga que repartir con alguien anónimo sus ingresos? ¿Mantienen su validez el derecho a la intimidad y a la propia imagen cuando eres tú quien comparte, por propia voluntad, instantáneas de tu día a día?
El que seguro ha cobrado por llevar la camiseta es Zac Efron