Una adolescente egipcia convierte el plástico en biocombustible a un módico precio

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A estas horas, el gobierno español tiene que estar planteándose rebajar aún más el presupuesto en educación. El destino se ha empeñado en darle buenas justificaciones. Dos adolescentes egipcias asombran al mundo estos días. No son finlandesas, ni alemanas, ni francesas. Egipcias. Una de ellas ha reinventado los viajes espaciales, ahora podremos viajar fuera de la atmósfera de la tierra sin una gota de combustible. Una noticia explosiva. Y la otra… es un activo impagable para su gobierno, una joya que atraerá 78 millones de dólares al año al país de los faraones.

Odio los telediarios y los periódicos. Tranquilo, sé que son necesarios, no soy un ermitaño. Y espero que nunca tengamos que echarlos de menos, pero si tienes la nefasta costumbre de informarte mientras desayunas, habrás notado que se te arruga el entrecejo más y más cada página que pasas, que tu sonrisa mengua con cada nueva noticia, que tu cara se agria. Te conviertes en el Jack Nicholson de “Mejor imposible”. Maldita ironía, mejor imposible. Las malas noticias te parecen buenas, si las comparas con el resto. ¡Que se pare el mundo, que yo me bajo!

Tengo una teoría que puede ser disparatada, pero es mía. Muchas personas leemos el periódico de atrás hacia adelante, quizás tú seas una de ellas. Hoy es tu día de suerte, venga, te la voy a contar, por fin entenderás cómo el subconsciente nos empuja a ese autobús.

Hagamos un salto en el tiempo, a la infancia. Un día de playa era algo genial. ¿Sí? Sí. Excepto las tres horas posteriores a la comida, que eran las más aburridas de la semana. Del año. Tenías que esperar a hacer la digestión, fuera eso lo que fuera. La manija del reloj envidiaba nuestras vacaciones y holgazaneaba, la eternidad descansaba al sol contando los granos de arena. ¡Pero eso no era lo peor! Aquí viene mi teoría.

Adolescente egipcia plástico en combustible

Dos horas y media después, tus padres claudicaban. No aguantaban la presión, te había costado, pero habías arañado media horita al “castigo”. Puedes bañarte… ¡Bien! No cantes victoria tan pronto, lo que viene a continuación marcará el resto de tu vida, pequeño. Métete con cuidado. Joder, aún siento escalofríos y esa decepción que me hacía resoplar. Métete con cuidado.

¿Qué significaba eso? Nada de saltos locos, olvídate de correr hacia las olas. Camina despacio hasta la orilla, el agua moja tus tobillos, el frío resbala por la rodilla, ves cómo se empapa el bañador y el mar te llega hasta la cintura… y ahí ya sí, comienza el proceso que años más tarde, te impulsará a leer el periódico al revés. Primero hay que mojarse el pecho, luego la nuca, y finalmente los brazos. ¡Adelante! ¡Puedes zambullirte! ¡Ya puedes bucear y coger olas!

Adolescente egipcia plástico biocombustible

Necesitamos aclimatarnos, sufrimos ansiedad cuando resucitamos ese agobio que nos producía el corte de digestión. El miedo es un virus que pasea por nuestro cerebro. Nos sumergimos progresivamente en la actualidad, no vaya a ser que nos dé un chungo. Antes que nada, la programación de la televisión, las noticias insólitas, la sociedad rosa espolvoreada de purpurina, y los deportes. No marginemos al horóscopo, por favor. Y ahí ya sí, ¡la crisis! ¡La corrupción! ¡Asesinatos! ¡Manipulación! ¡Mentiras! ¡Manifestaciones!

Sé que el pesimismo vende más, te rodeas de un aura de madurez que te granjea respetos, tienes los pies en la tierra; y sin embargo, yo prefiero el optimismo. Y las buenas noticias. Hablando de buenas noticias, hoy he leído una que me ha parecido muy interesante, incluso muy positiva para la Humanidad, me ha hecho sonreír. En un principio.

Había pasado desapercibida para los medios de comunicación masivos y eso me ha empujado a investigar un poco por la Red. Después de informarme, he tenido tiempo para reflexionar tumbado en una hamaca, la brisa acariciando mi piel, y bebiendo una Coca Cola. Con hielos y una rodaja de limón. Mmmm… me han surgido las dudas. Dejo que tú mismo decidas si esta noticia será beneficiosa para todos, o si es más de lo mismo. De momento te la expongo, no perdemos nada y nos ayudará a hacernos preguntas y a ver por dónde va el mundo.

Azza Abdel Hamid Falad tiene 16 años y es egipcia. Destierra tus prejuicios y sigue leyendo. No van por ahí los tiros. El caso es que en lugar de soñar las 24 horas del día con Justin Bieber, su mente preclara ha tenido una idea que podría transformar la economía de su país. ¿Qué idea es ésa? Te preguntarás con razón. Un plan para convertir los desechos plásticos en combustible. Ha ideado un catalizador de bajo costo para convertir el consumo de plástico de Egipto, calculado en un millón de toneladas anuales, en un auténtico negocio. Según los expertos, 78 millones de dólares cada año. David Beckham está pegándose cabezazos contra la pared.

Biocombustible Adolescente egipcia

¿Cómo lo hace? ¿Cómo lo harán? La técnica es la siguiente. Descomponer los polímeros plásticos que se encuentran en los residuos y transformarlos en materia prima para producir biocombustibles. Hasta aquí nada nuevo. La revelación es cómo lo hace, nuestra pregunta. Utiliza un catalizador de alto rendimiento llamada aluminosilicato, que además de descomponer produce gases como el metano, propano y etano, también convertibles en etanol. Es decir, elimina los residuos y produce estos gases. Ahora subrayaré un par de palabras que escribí antes. Bajo costo.

¿Es una buena noticia para el medio ambiente? ¿O sólo para la economía de Egipto? ¿Cuánto contamina el etanol realmente? ¿Servirá sólo para no depender tanto del petróleo?

Wikipedia:

Este etanol, conocido como bioetanol, está sujeto a una fuerte polémica: para unos se perfila como un recurso energético potencialmente sostenible que puede ofrecer ventajas medioambientales y económicas a largo plazo en contraposición a los combustibles fósiles, mientras que para otros es el responsable de grandes deforestaciones y del aumento del precio de los alimentos, al suplantar selvas y terrenos agrícolas para su producción, dudando además de su rentabilidad energética.

De esta forma, digo yo, inocente e ignorante, ya no sería necesario usar las materias primas tradicionales para su producción (caña de azúcar, maíz, patata, yuca, remolacha, madera, residuos agrícolas…). Y nos evitaríamos muchas de las contaminaciones que provocan. Otra cosa no, pero plásticos sobran

El método de esta adolescente es el más eficiente “para la producción de combustibles de hidrocarburos“. Vamos a los datos, aplicar su sistema a los residuos plásticos que genera su país se traduciría en 40.000 toneladas por año de nafta craqueada, un tipo de hidrocarburo que sirve para formular distintos tipos de gasolinas, y de 138.000 toneladas de gases de hidrocarburos, el equivalente a ni más ni menos que 78 millones de dólares. Mi mente no es capaz de procesar esas cifras.

Son días de vino y rosas para ella, noches de premios, como el European Fusion Development Agreement Award. Aún se encuentra en trámites para patentarlo, debería darse prisa. Próximamente presentará su proyecto en la Joint European Torus, donde le ayudarán a desarrollarlo. Mucha suerte, Azza Abdel Hamid Falad.

¿Te imaginas debates científicos en la televisión, aclarándonos estas cosas?

Archivado en Adolescentes, Contaminación, Ecología, Educación, Egipto, Inventos, Medio ambiente, Residuos
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