Entre la originalidad y el plagio, la historia del pop en nuestros días

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Uno de los principios musicales más importantes es el de variación. Un mismo tema se puede recrear en una pieza insinuándose con sus primeras notas y arrojando resultados distintos cada vez. En nuestros días este principio parece haberse desvirtuado y la música se vuelve monótona (casi literalmente) hasta el hartazgo. Un estudio ha demostrado que lo que oímos a diario en la radio puede tener más parecidos de lo que os habías imaginado. Pasad a leer y comprobadlo.

Un buen día a alguien se le ocurrió que sería una buena idea generar una base de datos con algo así como un millón de canciones de los últimos años. Pero no se trata de un servicio de descarga gratuita ni nada por el estilo, sino una herramienta para realizar estudios y análisis. Esto es, a grandes rasgos, lo que es Million Song Database que incluye datos de canciones de entre 1955 y 2010. Una de las conclusiones interesantes extraídas desde España gracias a esta herramienta ayuda a resolver el déjà vu que muchos experimentamos antes la “originalidad” de los éxitos del momento.

Entre el plagio y la originalidad

Joan Serrà, especialista en inteligencia artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha obtenido interesantes conclusiones tras convertir en algoritmos 464,411 canciones de los últimos 50 años. “Encontramos evidencia de una progresiva homogeneización del discurso musical”, dice Serrá. Lo que quiere decir que la música que escuchamos se parece cada vez más. ¿Tendencia a la imitación o es que la posibilidades combinatorias de los acordes se han agotado? He aquí un ejemplo para que juzguéis vosotros mismos:

Además del descenso en las combinaciones de notas, el investigador ha encontrado que la música también se ha visto empobrecida a nivel tímbrico. Una misma nota en tiene un timbre distinto según el instrumento en que se ejecuta, por lo que, de acuerdo a los resultados, el pop de nuestros días tiene una paleta tímbrica más limitada. Además, no es que los hits del momento se rompan mucho la cabeza, pues las variaciones entre viejas versiones y nuevas suele ser el mero aumento del volumen, simplificaciones en las secuencias de acordes y ligeras variaciones en el timbre cambiando instrumentos. De esta manera la misma melodía puede sonar como nueva. Podría ser este el caso del éxito mundial del grupo Lady Antebellum “Need you now”, escuchad las similitudes:

¿Tenéis problemas para recordar una canción y al recurrir al clásico tarareo miles de nombres salen menos el que buscáis? Pues la respuesta bien puede estar en esta simplificación musical de los últimos años que, además, tiende a subir el volumen quizá para cubrir la falta de originalidad. Este tema, no obstante, puede generar un interesante debate. Por un lado los defensores del pop dirán que la originalidad recae en la variación de lo viejo, en la capacidad de adaptar al presente lo que sonaba ayer. Mientras que sus detractores denunciarán la falta de inventiva e ideas para lograr auténticas innovaciones sonoras. Lo cierto es que algunos casos son realmente descarados y resulta evidente la apuesta por el grito sin mayor novedad en la melodía. Con ustedes, Avril Lavigne:

Así que la próxima vez que os pongáis a tararear no os extrañe que cada persona que os escuche comience a cantar una canción distinta. Recordad lo que ya nos enseñaron los cómicos australianos Axis of Awesome y que os dejo como colofón de este artículo. ¿Os imaginabais ya que había tantas similitudes? ¿Pensabais que Lady Gaga y compañía suponían una revolución musical? ¿Sois de los defensores del pop o pensáis que si existe el infierno estará lleno de pop stars?

Archivado en Lady Gaga, Música, Pop
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Comentarios (17)

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  • Miguel Regueira dice:

    Una pena, pero la música en realidad tiene una propiedad interesante: por muy mala que sea, siempre es mucho mejor que el silencio (quizá excluyendo el reggeaton).

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