Una empresa austríaca ha comenzado a comercializar la que denominan primera isla flotante fabricada por el hombre. Se trata de un navío con forma oval y dos pequeños motores diésel que pretende conjugar la movilidad de un yate de lujo con el confort de un hogar. Su nombre es Isla Orsos.
El navío ofrece seis camarotes distribuidos en tres pisos y un total de 1.000 metros cuadrados, algo así como cuatro canchas de tenis, y que hacen de la isla un espacio totalmente habitable lleno de lujos y pequeños y grandes detalles.
Aunque no queda mucho espacio para realizar deporte, bajo el nivel de flotación del casco los afortunados encontrarán varios salones dedicados a diferentes temáticas de entretenimiento, desde un salón de juego con mesa de billar y su propia barra para preparar bebidas, pasando por una sala de karaoke para los más desinhibidos y hasta una sala de cine para ver nuestras películas favoritas cómodamente.
En la cubierta tampoco se ha escatimado en lujos, podréis disfrutar de un jacuzzi, un asador para hacer vuestras mejores comidas, solarium, un minibar, un impresionante comedor y hasta un acuario para no romper con la temática tropical que inspira este barco.
Aunque su precio pueda parecer elevado en comparación con muchas mansiones ubicados en los mejores residenciales, resulta algo más económico que la gran mayoría de los megayates que suelen adquirir los jeques árabes y grandes directivos de compañías multinacionales. Tanto es así que Elizabeth Recsy, jefa de comunicaciones de Isla Orsos ha explicado:
“Desde que la lanzamos ha habido un increíble y creciente interés en la isla. Diariamente recibo preguntas de gente alrededor del mundo, incluyendo EEUU, Europa, el Medio Oriente y China. Hasta ahora no parece haber un cliente típico. He hablado con clientes privados que buscan un refugio de lujo, inversionistas que andan tras un buen negocio y cadenas hoteleras que buscan diversificarse e intentar algo diferente”.
La Isla Orsos tiene unos 37 metros de largo, y puede anclarse en cualquier lugar del mundo que el dueño desee. Eso sí, aunque el navío se parece al Millenium Falcon de La Guerra de las Galaxias, sus motores diesel no le permiten viajar a la velocidad de la luz pues su autonomía está pensada para viajes cortos. En caso de que se quiera realizar desplazamientos largos, los dueños tendrán que contratar un remolcador.
Como el lujo no tiene porqué estar reñido con lo ecológico, los diseñadores de La Isla han incorporado unos 160 metros cuadrados de paneles solares distribuidos por el techo de la nave al igual que pozos generadores de viento que pueden producir hasta 30 kilovatios/hora, lo que equivale al consumo medio de un hogar común.
El máximo uso de energía de La Isla es de 45 kilovatios/hora, por lo que en caso de producirse este supuesto, los dos motores diesel funcionarían como generadores de energía complementaria, explicó Recsy.
Pero, ¿qué pasa si algún adinerado dueño naufragase y quedará a la deriva? Pues la empresa austríaca ha pensado en todo, La Isla cuenta con su propio sistema de desalinización, capaz de transformar 12.000 litros de agua salada en agua potable para el consumo humano utilizando un proceso de ósmosis invertida.
La etapa de diseño de La Isla ha terminado hace unos dos meses y ahora comenzarán la etapa de producción de la misma, según Recsy, “tenemos varias órdenes hechas y comenzaremos a construir las primeras islas a inicios del año próximo”.
¿Ya tenéis pensado reservar la vuestra? ¿Será Isla Orsos la protagonista del próximo anuncio de Estrella Damm?
Fuente | Orsosisland.com
