La Gomera es la segunda isla canaria más pequeña, con una superficie de 369,76 km² y una de las más antiguas del archipiélago, 12 millones de años en cuanto a su formación se refiere. Es también conocida como la isla colombina ya que era habitualmente lugar de paso de Cristóbal Colón en sus viajes hacia América. Y en ella se encuentra el Parque Nacional del Garajonay, que comprende algo más del 10% de la superficie de toda la isla, con un total de 3.948 hectáreas.
El Garajonay fue declarado Parque Nacional en 1981, en 1986 la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad y más recientemente Reserva Mundial de la Biosfera al igual que toda la isla, gracias en parte a su bosque de laurisilva, que ocupa el 90% del parque, a las más de mil especies de invertebrados que habitan en él y a sus más de 150 especies endémicas.
La laurisilva
La laurisilva (del latín laurus-silva, “bosque de laureles”) son reductos de bosques exuberantes únicos en el mundo. Se trata de selvas subtropical donde es necesario que se den unas condiciones de clima, humedad, lluvia y vientos alisios muy específicas para su conservación. Un lugar que parece sacado de un cuento de hadas donde las nieblas casi eternas forman parte del paisaje.
La laurisilva es una formación boscosa de tipo subtropical predominantemente arbórea, siempre verde, cuya gran masa de hojas favorece la condensación de las nieblas produciéndose una lluvia local al pie de cada árbol que se conoce como “lluvia horizontal”.
El suelo de estos bosques, empapados por la humedad y la escasa luminosidad, está cubierto de una gruesa capa de materia orgánica donde crecen helechos, musgos y líquenes que también ascienden por los árboles a través de sus troncos y ramas.
En las islas Canarias, a cierta altura, se dan todas las condiciones perfectas para favorecer este tipo de bosques. Podemos encontrarlos en diferentes medidas en la isla de La Palma, en el Parque de Anaga y Teno en Tenerife pero sobre todo en el bosque de la Hayas en el Parque de el Garajonay en La Gomera.
En la laurisilva de la isla colombina se pueden encontrar cientos de especies vivas únicas en el mundo, como el lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana), el murciélagos del bosque (Barbastella barbastellus) y el murciélago rabudo (Tadarida teniotis) entre otros y plantas autóctonas de la macaronesia como La faya (Myrica faya) o el acebiño (Ilex canariensis) entre otros tantos.
El bosque situado en el Parque Nacional del Garajonay está considerado la mejor reserva de este tipo de vegetación del Viejo Mundo. Es decir, si nos adentramos en él sería como viajar a la cuenca mediterránea de la Europa continental y el norte de África en la era Terciaria, también llamada Cenozoico (antes de la última glaciación) hace unos 20 millones de años, con lo que estaríamos hablando de un tipo de selva fósil, catalogada como el bosque más extraño de todo el territorio español.
Esta vegetación desapareció de estos dos continentes debido a las glaciaciones y periodos áridos posteriores que originaron la barrera de desiertos que hoy conforman el norte de África, sirviendo la zona denominada como macaronesia conformada por las islas de Azores, Madeira y Canarias, en las que los cambios fueron atenuados al actuar el océano de termostato, de refugio de estas especies terciarias hasta la actualidad.
El fuego
Pues bien, ahora que conocemos un poco más sobre la laurisilva nos podremos dar cuenta de la magnitud y la importancia de lo que está sucediendo durante estos días en la isla de La Gomera, donde ya ha desaparecido por completo un 20% de este Patrimonio de la Humanidad (750 ha. del total de 3948 ha. que comprenden todo el parque), extraño y precioso resquicio de la época de los primero mamíferos.
Ahora podemos darnos cuenta del sentimiento de impotencia que estos días vive el pueblo gomero, entre ellos más de 5.100 desalojados de sus casas a causa del fuego (un 25% del total de la población), su tristeza al ver cómo desaparece gran parte de su orgullo natural, un bosque lleno de leyendas sobre lo antiguos aborígenes de las islas, los guanches, de donde proviene su nombre: Garajonay, de historias de magia y hadas contadas por sus abuelas y ambientadas entre las nieblas de esta selva que estaba ahí antes que nosotros.
Debemos de darnos cuenta que lo que se está quemando es una de las mayores reservas naturales de todo el territorio español y una de las más importantes de toda Europa. Parte fundamental de la economía de una isla, donde el turismo rural (con aventureros llegados desde Alemania, Inglaterra, Suecia, etc.) es su principal fuente de ingreso.
Por increíble que parezca y aunque Canarias es la comunidad autónoma con más Parques Nacionales, hasta cuatro, no cuenta con una base de medios aéreos para la extinción de los incendios que como vemos en la imagen superior e inferior han destruido parte considerable de la laurisilva presente en la isla.
De momento, el ministro de Medio Ambiente, Arias Cañete ha justificado el mal mantenimiento de los montes, hecho que ha favorecido el avance de las llamas, afirmando que “limpiar los montes es muy costoso” y ha criticado que el Gobierno Canario no haya contratado medios aéreos privados por su cuenta para combatir los incendios. Mientras, la respuesta del Presidente de Canarias ha sido reprochar que llevan pidiendo desde 2007 una base fija de medios aéreos preparados para la extinción de incendios y que el Gobiernos central ha hecho oídos sordos.
¿Conocíais previamente algo sobre la laurisilva? ¿Habéis tenido alguna vez la oportunidad de visitar estos bosques fósiles? ¿Qué opinión os merece la manera en que se ha gestionado esta crisis por parte del Gobierno Central? ¿Los Gobiernos Autonómicos deberían contratar medios de prevención privadas para proteger los Parques Nacionales?
es horrible no podes encontrar nada
taradossssssssssssssssssssssss