Este año serán tres los afortunados. El Festival de San Sebastián ha anunciado hoy el segundo de los dos premios Donostia de esta edición; que en realidad será el tercero. Sí, lo sé, es tan enrevesado y extraño como explicar por qué la trilogía “1Q84” de Murakami, son dos libros. El primero y el segundo vienen juntos en un pack. Pues eso.
A ver, empecemos por el principio, que suele ser lo más recomendable en estos casos. El Premio Donostia nació en 1986. El por entonces director del Festival, Diego Galán, quería entregar un premio honorífico a su actor favorito: Jack Lemmon. Un capricho comprensible. Como decía el maltratado Oscar Wilde, la diferencia entre un capricho y una gran pasión, es que el capricho dura toda la vida. Amén. El primero acabó en las manos de Gregory Peck, y el viejo gruñón que llevó faldas a lo loco, se quedó en su apartamento. “Jack Lemmon nunca cenó aquí”. Ahí empezó la maldición, ese mismo año. Una maldición o un gafe, que no debe tomarse a broma, una femme fatale de labios carnosos y mirada inquietante, que ha provocado toda clase de desdichas a los afortunados. Toco madera. Tengo que hacerme supersticioso…
Ewan McGregor y Tommy Lee Jones serán los dos galardonados este año con el Premio Donostia, un homenaje del Zinemaldi, que reconoce el auténtico valor de una carrera artística. Oliver Stone por su parte, recibirá una “farola de plata especial”, réplica en miniatura de las elegantes farolas que embellecen el Paseo de la Concha, y denominada Premio Donostia 60 Aniversario. ¡Quién pudiera morder esa farola emulando a Rafa Nadal! Hablando en serio, un honor al alcance de unos pocos, que espero, estos tres tipos sepan apreciar.
Ewan McGregor pasará a la historia por su encarnación del joven Obi-Wan Kenobi en la trilogía “inicial” de Star Wars, pero su gran papel se lo regaló el director de la ceremonia inaugural de Londres 2012: Danny Boyle. El antihéroe heroinómano Mark Renton, en la película de culto, Trainspotting. Una historia que como a tantos otros, me impactó muchísimo en su momento. ¿Se merece “la farola de plata”? Es un notable actor, que indudablemente, adquirirá más poso con los años. Es como cuando le dieron el Príncipe de Asturias de los deportes a Fernando Alonso. ¿Se lo merecía? Quizás sí. Por lo que había hecho y por lo que iba a hacer. Pero había otros candidatos con más méritos. A mí personalmente, por no remontarme demasiado y hablar de sus últimos trabajos, me gustó su sobria interpretación en “El escritor”, de Roman Polanski, aunque la última vez que vi su cara en una pantalla estuve a punto de salir del cine, fue el infausto día que compré una entrada para ver “La pesca del salmón en Yemen”. No se puede acertar siempre…
Tampoco acierta siempre nuestro siguiente protagonista. Oliver Stone es un provocador y un polémico, un “bendito loco” al que no le importan las críticas, si piensa que debe hacer un documental charlando con Fidel Castro. Vaya, ya me he dejado arrastrar por la marea. Sí, le gusta hurgar en las heridas, vale, pero lo importante es que tiene talento, es un guionista y director de cine, con la mente de una hormiga compleja y ambiciosa. Nacido para ser salvaje, lo que causa filias y fobias. Sin embargo, él es un macho que pisa firme, una especie de Hemingway del cine, capaz de romperte la mandíbula de un puñetazo o de hacerte llorar viendo cómo cae al suelo acribillado el sargento Elías. Vietnam fue su puerta a la realidad, una puerta que nunca ha querido cerrar del todo, y por la que de vez en cuando, entra una ventolera política, que nos despeina y revuelca sus obras. Más allá de las controversias, en su filmografía encontramos un puñado de verdaderas joyas del séptimo arte. Platoon, Wall Street, Giro al infierno, Nacido el 4 de Julio o JFK: caso abierto. Un premio muy merecido.
Precisamente, en la película que narraba el magnicidio de Dallas trabajó un actor que nació el mismo día y el mismo año que “el maestro del montaje febril”, ¿lo sabías? ¿Lo recordabas? Un hombre de negro con escrúpulos, al que jamás se le ha pasado por la mente hacer recortes en España, el U.S. Marshal que perseguía al fugitivo arriba y abajo. Un actor superlativo, de rasgos secos, cincelados, y mirada de plomo. Ha participado en películas comerciales, por supuesto, y eso caerá sobre su conciencia (¡Es broma!), pero parece que ese pecado tan grave no le ha penalizado lo suficiente. Porque claro, qué le vas a decir a un tipo que ha intervenido en Space Cowboys, En el valle de Elah, JFK: caso abierto, El Fugitivo, Asesinos natos, No es país para viejos… Un 4×4. Yo creo que la última vez que me encontré con su imponente figura, fue en la cinta de Bertrand Tavernier, En el centro de la tormenta, pero donde realmente me fascinó este veterano y respetado intérprete, fue en Los tres entierros de Melquíades Estrada. No tengo fotos suyas en ninguna carpeta, lo nuestro no es una “Love Story”, y sin embargo, no puedo negar que soy su humilde admirador.
¿Y por qué estos y no otros? ¿Qué criterios siguen para elegir a los laureados cada año? Muy fácil. Hay premios que eligen a los mejores, por mucho que después se critiquen sus decisiones, y otros, la gran mayoría de los certámenes, que se conforman con premiar a aquel que se acerque a recogerlo. No me tires piedras, es la verdad. No coronan al primero que dobla la esquina, pero tampoco a Jack Lemmon. Aprovechan que andan de promoción presentando sus nuevas películas. No es triste, es la realidad.
Aquí os dejo la impresionante lista de ganadores de los Premios Donostia. Un paseo por la Calle Melancolía, que diría ese poeta de Úbeda, que si hay justicia, algún día ganará el Premio Cervantes:
Gregory Peck (1986), Glenn Ford (1987), Vittorio Gassman (1988), Bette Davis (1989), Claudette Colbert (1990), Anthony Perkins (1991), Lauren Bacall (1992), Robert Mitchum (1993), Lana Turner (1994), Catherine Deneuve (1995), Susan Sarandon (1995), Al Pacino (1996), Jeanne Moreau (1997), Jeremy Irons (1997), Michael Douglas (1997), Anthony Hopkins (1998), John Malkovich (1998), Angelica Houston (1999), Vanessa Redgrave (1999), Fernando Fernán-Gómez (1999), Robert de Niro (2000), Michael Caine (2000), Paco Rabal (2001), Warren Beatty (2001), Julie Andrews (2001), Francis Ford Coppola (2002), Dennis Hopper (2002), Jessica Lange (2002), Bob Hoskins (2002), Robert Duvall (2003), Sean Penn (2003), Isabelle Huppert (2003), Jeff Bridges (2004), Annette Bening (2004), Woody Allen (2004), Willem Dafoe (2005), Ben Gazzara (2005), Matt Dillon (2005), Max Von Sydow (2006), Liv Ullmann (2007), Richard Gere (2007), Antonio Banderas (2008), Meryl Streep (2008), Ian McKellen (2009), Julia Roberts (2010) y Glenn Close (2011).
