El reencuentro de dos hermanos, una historia muy humana

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Seguro que lloraste cuando murió Copito de Nieve. O viendo a King Kong luchar desesperado contra los aeroplanos en lo más alto del Empire State Building. Pero tus lágrimas no me importan, hoy hablamos de los sentimientos de los gorilas, no de los tuyos. Es una historia triste, a pesar de la alegría. La cautividad animal es una de las contradicciones de los seres humanos. Dos gorilas se vuelven a reunir tres años después. Son hermanos. Kesho y Alf. ¿Cómo crees que se saludaron? ¿Se reconocieron?

Alf y Kesho son gorilas que nunca han pisado una discoteca, y hermanos que viven fuera del convento. Kesho no se fue a por tabaco, tuvo que viajar a Londres para unirse a un programa especial de alimentación. Era el elegido. Había un buen motivo, tenía un problema que a cualquiera de nosotros nos empujaría a la consulta de un psicólogo. No lograba tener descendencia, los hijos, la preservación del apellido. Los estudios médicos probaron que es infértil. No hay nada que hacer. Sin embargo, el hecho de convivir con tres hembras hizo que su apariencia física cambiara radicalmente. Y no hablamos de echarse cremitas o de peinarse cada mañana: subió su nivel de testosterona, aumentó 200 libras su peso y tanto su nuca como su cabeza se agrandaron. Los efectos secundarios de tener un harén…

Reencuentro de dos gorilas hermanos

Tres años más tarde se han vuelto a encontrar. ¿Qué sentirías tú en esa situación? Si te das de bruces con tu hermano inesperadamente, tras una larga temporada sin verlo, no hablamos de toparse frente a frente con Kesho. Qué miedo. ¡Pies, para qué os quiero!

Mark Tye, uno de los cuidadores de los gorilas en la reserva de Wiltshire:

Estábamos seguros de que se iban a reconocer, pero en el momento en que se encontraron, podías verlo en sus ojos.

Estuvieron muy cariñosos en la jaula que temporalmente los separó. 24 horas después, los pusimos juntos y fue como si nunca los hubiésemos separado. Estaban de muy buen ánimo y hubo muchos juegos, caídas y rodadas por el piso, pero ninguna agresión.

El diario inglés Mirror publicó unas declaraciones muy interesantes de unos especialistas en el ramo. Al parecer, no es habitual que estos machos (conocidos como “Silverback”, “espalda plateada”) tengan este tipo de actitudes infantiles. Se nota que las ligas de fútbol no están de moda en el mundo de los gorilas…

Ellos formaron lazos muy fuertes y Kesho es increíblemente tolerante. Si hubieran sido dos extraños, hubieran tenido muchísimas confrontaciones cara a cara, peleas y gritos. Pero se pueden dar la espalda, lo que es una señal de confianza.

No creo que haga falta un intérprete para saber lo que se están diciendo. No es necesario leer los labios.

¡¿Qué pasa, golfo?! ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¡Te veo muy canijo! ¿No te dan de comer?

Dos gorilas hermanos

Los dos gorilas nacieron en un zoológico de Dublín, y la feliz reunión se produjo en un parque safari en Inglaterra. En el Longleat Safari and Adventure Park de Wiltshire (Reino Unido). Kesho, de trece años, y Alf, de nueve, no necesitaron hacerse el test de Turing, se reconocieron al instante. El que estaba ahí enfrente, era su hermano. Saboreaban el pasado sin melancolía, y los abrazos y los apretones de mano eran presagios de cachondeos futuros. Mamporros juguetones. Kesho y Alf tienen una gran diferencia de peso: el primero pesa unos 220 kilogramos y el segundo, no llega a los 110. Bud Spencer y Terence Hill. Les llamaban Felicidad.

Alf no es ningún extraterrestre, y como todo hermano menor, admira a su hermano mayor. Kesho, imbuido por el espíritu de Jerry Lewis, no paró de hacer bromas. Amor fraternal entre animales. En este parque safari de Wiltshire vive una colonia de gorilas. En cautividad. Y entre ellos, tenemos un patito feo. Evindi, de seis años. El tercer hermano de la trinidad. No hay fotos de su bienvenida a Kesho. Para que luego digan que no existen los favoritos en las familias…

Dos hermanos, un reencuentro, dos gorilas

Las fotografías del encuentro han sorprendido a más de un científico. Se ha demostrado que estos mamíferos no solo son muy inteligentes, disfrutan de las actividades en grupo, no olvidan sus juegos. Una de las conclusiones es obvia. Los grandes primates pueden sentir alegría, y por tanto, también sufrirán lo contrario: la pena.

Estos gorilas habitan los bosques del África central y según el Libro Rojo, la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, su situación es de “peligro crítico”. Sus principales amenazas son la caza y el virus del Ébola. Los cazadores furtivos siguen teniendo el corazón negro y quieren dar en el blanco. La cacería se ha incrementado a causa de los conflictos armados en los países donde habitan estos simios (Ruanda y Uganda, por ejemplo, hogar de la tercera parte de los últimos gorilas de montaña del mundo). Se paga muchísimo dinero por la carne y las pieles. Se ha extendido el interés por las “carnes exóticas”. Qué pena no tener veneno a mano cuando hace falta…

Archivado en Animales, Reino Unido, Zoológico
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