Llegó el momento de decir adiós a Brenda Leigh Johnson. Han sido siete temporadas en las que hemos aprendido a querer a esta mujer peculiar, incluso estrafalaria, a su marcado acento sureño, a sus vestidos color pastel y a su inseparable bolso negro en el que guardaba su pistola reglamentaria, junto a sus pastelitos. Esos pastelitos en los que se refugiaba cuando la situación le superaba y que mostraban el lado más vulnerable de esta mujer fuerte, capaz de hacer confesar al mismísimo Satán.
Después de una sexta temporada en la que Brenda logró sortear con dificultades el profundo abismo que se abrió frente a ella, la mayoría temíamos que la séptima temporada, siendo la última, significaría su caída definitiva. Los guionistas echaron mano de Phillip Stroh, otra razón más para pensar que la cosa acabaría fatal. Pero no, Brenda se ha ido con la cabeza bien alta, y se ha llevado su nuevo bolso a un ambiente en el podrá pensar un poco más en los vivos, que ya va siendo hora.
La marcha de Brenda marca el final de The Closer pero no de su espíritu ya que Major Crimes, su spin off, es el mismo perro con distinto collar. Salvo por las salidas de Pope y el agente Gabriel, mano derecha de Brenda, y la entrada de un par de personajes nuevos, el departamento se queda prácticamente como estaba. O casi. Y es que el equipo recibe a su nueva jefa, la capitana Sharon Raydor, de la misma manera que recibió a la Brenda Leigh Johnson recién llegada de Atlanta, es decir, fatal, por lo que ésta no tendrá más remedio que ganarse su respeto poco a poco tal y como lo hizo su predecesora.
El principal escollo con el que se encuentra Raydor es que ya la conocen (y conocemos) desde hace tiempo. Su carácter más bien seco y su amor por las normas la hacían perfecta como contrapunto al personaje de Brenda, pero eso no bastaba para hacerse con las riendas de una serie heredera de The Closer. Y ahí es dónde entra Rusty, un personaje que todavía no sabemos si será fijo pero que sirve tanto de puente entre The Closer y Major Crimes como de puente entre el lado más vulnerable de Brenda y el de Sharon. No es Fritz pero por algún sitio hay que empezar.
El definitiva, Major Crimes todavía tiene que coger un poco de ritmo porque aunque en esencia es la misma serie que The Closer, la falta de Brenda todavía se nota demasiado y se hace inevitable sentir como si simplemente se hubiese tomado unas vacaciones. Con el tiempo esa sensación pasará, seguro, (e incluso Provenza se acabará adaptando a la nueva situación aunque le revuelva el estómago) porque la herencia de The Closer es lo suficientemente sólida como para que sigamos confiando, no me cabe la menor duda.