Sólo basta echar un vistazo a las recientes audiencias de los Juegos Olímpicos, la Eurocopa o la final de la Champions League para darse cuenta de que los eventos deportivos en televisión son imbatibles a nivel mundial. La ficciones deportivas, en cambio, no corren la misma suerte pero es que, salvo ilustres excepciones como Friday Night Lights, suelen ser de dudosa calidad y se dirigen principalmente al público adolescente (caso de Make It Or Break It). Es decir que son caras y poco agradecidas. Tal vez por eso la BBC, obligada como estaba a aprovechar un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos, finalmente optó por sacrificar lo deportivo y con Twenty Twelve acabó llevado el tema a un género que domina: la comedia burocrática.
Twenty Twelve sigue el día a día del equipo responsable de organizar los Juegos Olímpicos de Londres. Ian Fletcher (interpretado por Hugh Booneville, Lord Robert Crawley en Downton Abbey) es el jefe de la comisión que decide, entre otras cosas, algo tan importante como la imagen de los Juegos sobre la que hace unos días os habló mi compañera Aranzazu. El problema es que tanto Fletcher como el resto de su equipo son unos incompetentes cuya ocupación principal acaba siendo la de limpiar los efectos de su propia ineptitud. ¿Que hay que plantar un árbol y nos hemos olvidado las semillas? Pues habrá que conformarse con unos conguitos, que nadie se va a dar cuenta y en las fotos no se van a ver.
Rodada en formato mockumentary o falso documental y con David Tennant (el décimo Doctor) como narrador, la serie muestra al más puro estilo The Thick Of It cómo la política y la burocracia puede llegar a complicar algo tan complejo de por sí como organizar unos Juegos Olímpicos. Que si un país amenaza con organizar un boicot si no muestran respecto a su religión, que si se encuentran restos arqueológicos durante las obras, que si Danny Boyle quiere más enfermeras para la inauguración y no nos quedan, que si hay que celebrar el jubileo de la reina, que si primamos la sostenibilidad o el legado. Pero eso sí, todos de acuerdo en que no falten los desayunos de trabajo con pastas y café.
La serie se empezó a emitir en marzo del 2001, y los trece episodios que componen las dos temporadas de Twenty Twelve se emitieron antes de la inauguración de los Juegos, aunque a veces no lo parezca. Y esto lo digo porque en más de una ocasión han acabado prediciendo algunos de los problemas con los que se ha encontrado la organización de Londres 2012 como cuando se les paró el reloj que marcaba los días que faltaban para la inauguración o como cuando un autobús se perdió camino de la Villa Olímpica.
Sus episodios de apenas media hora de duración son ideales para desconectar un poquito entre, por ejemplo, la final masculina de trampolín de tres metros y la semifinal de voley playa femenino, y encima te echas unas risas a costa de la Pérfida Albión. Si es que no se puede pedir más.
Que buena pinta la serie. Hay forma de verla desde aquí sin tener que buscar torrent y descargar…
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