Y el Premio Planeta es para… ¡Lorenzo Silva!

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Cuentan las malas lenguas que el ganador ya sabe antes de la cena en el Palau de Congressos de Catalunya, que su novela es la elegida. Y que tiene que disimular el subidón hasta que se pronuncia su nombre. Una responsabilidad que no se puede regar con vino. La controversia es un ingrediente más, en esta ensalada de billetes verdes. Lo único indiscutible es el nombre del campeón: Lorenzo Silva. Con su novela “La marca del meridiano”. Un escritor que a partir de ahora podrá cruzar la puerta de su banco por una alfombra roja. Bueno, tampoco era un desconocido…

Si estás leyendo este artículo hay tres posibilidades. Una. Te has perdido y estás a punto de salir volando de este nido de bostezos. Dos. Te atrae el glamour de los premios, no importa que sean los Oscars, los Emmy, los Príncipe de Asturias, los Nobel, o los premios naranja y limón de Marbella. Y tres. Te gusta la literatura. Dado que estamos en España, descarto la tercera opción, y a estas alturas del párrafo, las perdices perdidas viven ya felices leyendo el Marca, no podré cazarlas, por lo que no hay duda, es elemental, querido Watson, venías buscando fotos de los invitados a la velada literaria que se celebraba esta noche en Barcelona. Dios mío, ¿no sabes que los escritores son feos? ¡Vete a la página del “Hola”!

¡Ah! Qué tonto soy. No era nada de eso. Quieres saber de qué han hablado en su mesa Artur Mas y Jose Ignacio Wert. Te mueve el morbo. Pues… ya que estás, quédate… bienvenido a Xombit.

Si has leído el título del artículo, sabrás que el ganador es Lorenzo Silva, con su novela La marca del meridiano. Se presentó al concurso con otro título: Te protegeré, y firmó con seudónimo, Bernie Ohls, el protagonista de El sueño eterno de Raymond Chandler. Es curioso, ¿cómo eliges un seudónimo? Lorenzo Silva es un escritor español bastante reconocido, no es un principiante en la literatura. Sus novelas policiacas, protagonizadas por los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro son un referente de la novela negra en la lengua de Cervantes. La obra ganadora es la séptima aventura de la pareja.

Ganador Premio Planeta 2012

Vale, ya tenemos ganador, los focos son para él. Pero siempre hay un finalista, el autor que tendrá el “placer” de acompañar a la estrella en todas las entrevistas. Esta vez ha sido: El búnker bajo el seudónimo de Pilar Otero. Un apodo que escondía a la guapísima Mara Torres, la presentadora de La 2 Noticias de RTVE. Una grata sorpresa, nunca sabes quién escribe en la penumbra de su habitación. El verdadero título de la novela de Mara es La vida imaginaria. Una novela “que habla de amor”.

Necesitaba volar y me inventé a Fortunata Fortuna.

Velada literaria

La Editorial Planeta fue fundada en 1949, en Barcelona, por José Manuel Lara. Ha publicado alrededor de 6.000 títulos pertenecientes a más de 1.500 autores, la mayoría de ellos de habla hispana. Hasta aquí lo serio, pero seguro que tú estás esperando lo importante. Es el segundo premio literario mejor dotado del mundo después del Premio Nobel de Literatura, con 601.000 euros para el ganador y 150.250 euros para el finalista. Casi nada. Creo que el año que viene me presento. Se falla cada 15 de octubre, casualmente, hoy. Festividad de Santa Teresa (onomástica de la esposa del fundador, María Teresa Bosch).

Como bien sabrás, es un premio que vive rodeado de polémica. En los últimos años se ha puesto en tela de juicio su credibilidad, incluso dos escritores del prestigio de Miguel Delibes o Ernesto Sabato renunciaron al mismo. Denunciaron que les habían ofrecido ganar la edición de 1994. No olvidemos que es un premio de un editorial, y una editorial quiere vender. Qué mejor que contar con una firma consagrada. Un nombre mediático. Vale, quizás pienses que son disputas de literatos aburridos y ególatras, pero piensa en la pasta que dejaron de ingresar en sus cuentas de ahorro. O mejor aún, te voy a dar una prueba más objetiva. En 2005 un tribunal argentino condenó al Grupo Planeta a pagar 10.000 pesos (3.400 dólares) a Gustavo Nielsen, después de encontrar que hubo fraude en la entrega de la versión argentina del Premio Planeta, concedido por la empresa editora Espasa Calpe Argentina. El premio había sido entregado a Ricardo Piglia, por su Plata quemada. Irónico. Se demostró que había cobrado como anticipo la suma del premio. ¿Ha cambiado tu juicio? ¿Sigues abonado a la ingenuidad?

Yo soy un gran ignorante, y además bastante cándido, no por convicción, por dejadez, creérselo todo da menos dolores de cabeza y es menos cansado. Iré al infierno, no soy un conspiranoico. De los últimos ganadores del Planeta he leído El mundo de Juan José Millás, y Riña de gatos de Eduardo Mendoza, y me han parecido muy buenas novelas. ¿Las había mejores y no ganaron? Puede ser.

De las 432 obras presentadas, habían pasado la criba 10. Las finalistas que optaban esta noche al aplauso en la LXI edición del Premio Planeta de Novela eran:

Corresponsal en Rusia, Paul Alexander (seudónimo)

El búnker, Pilar Otero (seudónimo)

El asesinato de Pitágoras, Marcos Chicot Álvarez

El cepo, Rodyon Armitage (seudónimo)

El bosque y los árboles, Marc Quintana Llevot

El productor de sueños, Marino José Pérez Meler

Te protegeré, Bernie Ohls (seudónimo)

Choque de titanes, Margan el Hispano (seudónimo)

Marengo, Marengo (seudónimo)

Viena Blues, Sergi Gotarra Franch

El jurado del premio ha estado integrado por Alberto Blecua, Ángeles Caso, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales, secretario con voto, este último en sustitución de Carlos Puyol, que estuvo en el jurado durante 40 años y que falleció el pasado enero. Descanse en paz. Y digo yo… ¿alguno de estos habría leído antes algún capítulo de la saga de Lorenzo Silva? Bastante probable, ¿no? Y entonces, ¿para qué sirve el seudónimo?

Vaya, me he quedado sin espacio para comentar la sugestiva charla entre el presidente de la Generalitat y el ministro. Qué pena, ¿verdad? El primero se sentó a la derecha del anfitrión, Jose Manuel Lara, y el segundo, a su izquierda. Creo que han hablado de la instrucción de las futuras generaciones de catalanes. Perdón, educación. Sonreían a los flashes satisfechos y cuando se apagaban las luces, reconocían encantados que están en total desacuerdo en todo, excepto en una idea: a los dos les conviene quemar los libros, que nadie lea. Ray, François, vuestro sueño pronto dejará de ser ciencia ficción.

¡Enhorabuena, Lorenzo!

Archivado en Literatura, Premio Planeta
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