En determinados contextos, las cámaras de seguridad resultan muy útiles, ya que permiten controlar espacios amplios de manera económica. En realidad, su función es disuasoria en muchos casos, dado que no siempre se puede tener personal revisando las imágenes, y que la monitorización por parte de los vigilantes a veces no resulta ideal. Cualquier distracción o pequeña ausencia llega a tener consecuencias graves, por lo que la tecnología acude para resolver este problema. Y es que la Universidad Carnegie Mellon trabaja en un proyecto que pretende hacer “inteligentes” las cámaras y dotarlas de mucha más autonomía.
Financiada por el Gobierno de los Estados Unidos, la investigación de Alessandro Oltramari y Christian Lebiere pretende crear un sistema de vigilancia automatizada en el que un ordenador revise el vídeo en tiempo real y localice comportamientos sospechosos que puedan generar alarma. El software será capaz de analizar la situación, determinar cuáles serían los acontecimientos esperables y alertar en caso de que se detecte una desviación. Por ejemplo, si una maleta fuera abandonada durante un período largo en una terminal de aeropuerto, el sistema entendería que se trata de algo fuera de lo normal y avisaría a los responsable humanos de comprobar lo que ocurre.
Se trata de un avance sorprendente, en el que la máquina es capaz de comprender cuales son las “acciones” lógicas asociadas a determinados “objetos”, y que hace buen uso de las nuevas tecnologías de reconocimiento de imágenes, que ya han llegado al sector doméstico en ingenios como Kinect de Xbox 360. No hay una fecha concreta para la finalización de este desarrollo, que tendrá aplicaciones tanto civiles como militares. Lo que está claro es que la tecnología permite un control sin precedentes sobre la vida de los ciudadanos, por lo que será necesaria una legislación muy estricta para asegurar que no haya violaciones de la privacidad.
¿Qué te parece este proyecto? ¿Crees que logrará que nuestro día a día resulte más seguro, o consideras que representa una amenaza para las libertades civiles?
Imagen | Theron Trowbridge