El señor X, el misterioso ganador del Euromillón no es Papá Noel, y sin embargo ha dejado un regalito en Navidad. Ha desperdiciado 64 millones de libras (78,5 millones de euros) por no reclamar el pago a tiempo. Indescriptible. Tonto, despistado o un ogro bonachón, quién sabe. Yo me pasaría el resto de mi vida pegándome cabezazos contra los muros del cementerio, aplastando inocentes gusanos con la sangre de mi frente. ¡Busca en todos tus bolsillos, capullo! ¡Que es un pastizal! Hasta yo, que no juego nunca a la lotería, he buscado el boleto por si acaso…
El espantapájaros ya no sufrirá picotazos de los pajarracos. La Lotería Nacional del Reino Unido explicó que la hora límite para que este Onassis frustrado se pusiera en contacto telefónico con la organización y pudiera comprarse un Big Ben hecho con billetes de 500 euros, eran las 23:00 de este martes. Seis meses de plazo es más que suficiente, ¿no? El dinero y sus intereses se destinarán a obras caritativas, el premio gordo ha recaído en la organización benéfica Good Causes (siempre al rebote, ha recibido unos 35.700 millones de euros desde 1994). Al final habrá que alegrarse y todo. Un portavoz de la Lotería Nacional británica:
Puedo confirmar que la persona que compró el boleto no se dio a conocer antes de la fecha límite para reclamar su dinero.
La mayoría de los ganadores reclaman su premio en el plazo previsto de 180 días, pero para evitar que casos como este se vuelvan a producir pedimos a los jugadores que comprueben regularmente sus boletos.
El jugador anónimo de madre rehabilitada, adquirió su pasaje a la historia el 8 de junio en la zona de Stevenage y Hitchin, en Herfordshire, en el norte de Londres. Acertó cinco números (5, 11, 22, 34, 40) y las dos estrellas (9 y 11), un genio de la chiripa que se ha estrellado sin hacer nada, y ha montado un gran número por no montarse en el caballo ganador. 63.837.543,60 de libras le esperaban en un maletín forrado con babas de banqueros, el premio más importante de la historia de la lotería británica.
Por cierto, no podrá decir que no le buscaron. La Lotería Nacional británica intentó dar con él a la desesperada. Empapeló ambos pueblos de carteles anunciando el goloso premio y utilizó camiones e incluso un Lamborghini, para recorrer la zona difundiendo los números ganadores. Pregoneros de lujo, pobre cosecha. Sus esfuerzos no tuvieron éxito y el desconocido que selló el boleto de oro firmó su suerte: hasta que otro lumbreras atolondrado lo desbanque del podio, será el mayor perdedor de Euromillones en el Reino Unido. En el segundo escalón, el otrora poseedor del cinturón de campeón, un británico que pudo embolsarse 9,4 millones de libras (11,5 millones de euros) en julio de 2005 y que nunca fue a buscarlos. El árbitro contó hasta 10, claro.
¿Es una obscenidad un premio tan cuantioso? ¿Qué harías si te tocara? ¿Llamarías a la policía para que te custodiara el día que fueras a reclamarlo?