La historia de un delfín en apuros, que pidió ayuda a un buzo

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Tranquilo, no es lo que parece. No van a acuchillar al pobre delfín nariz de botella. El segundo animal más inteligente del planeta, llegó en busca de ayuda. Desesperado. Venía enredado con hilo de pesca. No podía nadar como suele, y más temprano que tarde, eso le traería graves problemas, así que se acercó a un grupo de buzos. Uno de los submarinistas se encargó de liberarlo. No es un héroe, pero seguramente le invitarías a una cerveza. Un buen tipo. Es un vídeo que merece la pena ver…

anzuelo liberado cetáceo

Ya lo dijo Schopenhauer, el hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales. Y sin embargo… de vez en cuando, ocurre algo que nos reconcilia con nuestra especie. El caso que te voy a contar hoy sucedió hace días, a ver qué te parece. Un equipo de submarinistas buceaba en las paradisíacas aguas hawaianas grabando mantarrayas. Durante la expedición, se toparon con un delfín nariz de botella enredado con hilo de pesca. Keller Laros, buzo profesional e instructor del grupo, explicó al periódico británico Daily Mail que notó que el animal mostraba dificultad de movimientos. ¿Qué te pasa, pequeño?

La manera en que vino y se apoyó en mí no deja lugar a dudas. El delfín estaba buscando ayuda.

Sin una mano amiga, el cetáceo corría el riesgo de ahogarse. Como puedes ver en el vídeo, la red lo tiene apresado. Mientras Laros se aproximaba para aliviar su angustia, los demás buceadores pudieron oír claramente el “canto del delfín” pidiendo ayuda. Toda una experiencia. Que no acaba aquí, obviamente. Laros trató de desanudar el hilo de pesca de la aleta pectoral. Imposible. A pesar del mal rato, el delfín no perdía la paciencia, es sorprendente. Sumiso como un girasol a las órdenes del sol. El amiguete de K-Dog dejó que su salvador hiciera “su trabajo”.

Trataba de desenredarlo, tenía el anzuelo en la parte de afuera de la aleta pectoral, y un hilo salía de su boca. Pero estaba tan ajustado que le había provocado cortes.

Hilo de pesca sedal

Si tienes un mínimo de sensibilidad, habrás resoplado. Y te habrá dolido. Laros estuvo vivo, cortó el sedal con una navaja. ¡Zas, zas, zas! Muy oportuno. La opción más simple suele ser la más efectiva. Una vez libre, el animal nadó como alma que lleva el diablo hasta la superficie para tomar aire, pero luego regresó junto a su protector, su ángel de la guarda, aún quedaba un último favor. Había que extraer el anzuelo. Martina S. Wing, propietaria de Ocean Wings, compañía organizadora de la expedición, grabó la aventura entre lágrimas que se perdían en las profundidades.

Estaba en el momento adecuado en el lugar correcto. Me siento honrada de compartir las imágenes con todos ustedes. Espero que el vídeo ayude a que todos tomemos mejores decisiones sobre el océano y las criaturas que lo habitan.

Archivado en Curiosidades, Naturaleza
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