Recientemente podemos ver que muchos proyectos importantes están realizando casting en busca de “caras nuevas” ¿o quizás deberíamos decir “gente famosa nueva”? Sí, puede que algunos casting libres sean reales pero en la mayoría de ellos prima el ánimo de hacer publicidad porque en realidad, ya tienen lo que buscaban. Es decir, ya tienen a los próximos protagonistas o bien porque tienen contactos dentro de la organización de los casting o bien, porque son famosos y eso da más “prestigio” a la obra a estrenar.
A mis oídos han llegado relatos de personas que al asistir a dichos casting se han encontrado con que muchos “famosos” o al menos “conocidos” llegaban a la hora que les parecía, no esperaban la cola que el resto se ven obligados a esperar y se les cede el paso para que hagan el casting antes que el resto. Otras experiencias me han hecho pensar que tal vez, durante el casting libre o abierto a cualquier persona anónima se hace otro casting paralelo para famosos y familiares o amigos de los organizadores del casting. Esto, en el mejor de los casos.
El peor de los casos es, cuando tras superar un casting llegando hasta la recta final y tan solo quedas tú y otra persona dispuestos a conseguir el mismo papel, te llamen diciendo: “Lo sentimos mucho, nos encanta tu manera de actuar y tu voz (si es un musical), pero no podemos darte el papel”. Entonces, piensas que al menos la persona que se llevará el papel será tu compañero, te sentirás molesto pero te alegrarás porque de verdad se lo merece al superar las mismas pruebas que tú, así debería ser en teoría, sin embargo, tras superar un casting de no se sabe cuánto tiempo, quedando solo dos personas, no consigue el papel ninguno de ellos y se lo lleva algún rostro “conocido” o “famoso” que, posiblemente, no ha pasado siquiera un casting y tan solo se lo hayan regalado para dotar de más “prestigio” al proyecto.
Y bien, de esta forma, las “caras nuevas” ¿Qué podemos esperar? Porque “caras nuevas” somos todos aquellos que no tenemos un rostro conocido o representamos algo. ¿Nos quedamos sin oportunidades de luchar por lo que queremos porque un “famosillo” se ha puesto en nuestro camino? ¿Tiramos la toalla porque no nos van a coger? No, no, por supuesto que no, solo tendrás que ser mejor que un conocido. O al menos eso quieren hacernos creer, sin embargo, todos sabemos que la publicidad es dinero y como vivimos en una sociedad donde la avaricia no rompe el saco, todos quieren más dinero del que ya tienen y acogiendo a algún rostro conocido en su reparto se aseguran bastante más publicidad de la que un anónimo podría darles.
Me entristece esto, si una persona es buena ni si quiera tiene oportunidad real de demostrarlo porque no puede darles la publicidad que un famoso les da si está entre los actores de su reparto. Y ahora, que vivimos en una gran crisis económica, es más necesario que nunca el dinero y por esta razón, también es importante la publicidad y el saber cómo venderse… Siempre quedará la esperanza. No siempre predomina el interés a la búsqueda de talento, en ocasiones, algunos casting son reales y lanzan al estrellato “nuevas caras”, pero me atrevería a decir que esto ocurre muy pocas veces si el proyecto es de gran magnitud, si el proyecto no es la apuesta estrella, es mucho más posible la aceptación de anónimos entre las filas del reparto.
Concluiré mi argumento asegurando que si algún día soy capaz de escribir un guion lo suficientemente bueno como para que quieran llevarlo a la gran pantalla o al teatro, el temido “Ya te llamaremos” se lo van a llevar todos los famosos que asistan a mi casting esperando pasar por delante del resto, porque yo, realmente, seré una directora que busque “caras nuevas” y si quieren participar en mi proyecto deberán hacer un casting libre entero, deberán esperar las colas, deberán enfrentarse a todos los aspirantes al papel y deberán hacerlo mucho mejor que los demás si quieren conseguirlo. El dinero, será lo de menos.
Es increíble la forma en la que redactas y la forma en la que explicas la realidad. De joven siempre pensé que ser actriz era la cosa más facil del mundo. Ahora me estoy dando cuenta de que no jajajaja.
Enhorabuena por el artículo Silvia!!