El capitán Nemo está de enhorabuena, seguro que ya está preparando un maletín repleto de billetes verdes, este juguete nació para descansar de sus paseos en la tripa del Nautilus. No hay duda. El Orcasub de Spymaster merece un dueño a su altura. ¿Tienes carné de submarino? ¿Servirá con el B1?
Ahora hablando en serio, ¿qué te parece? Tiene un diseño retro que sorprende, ¿verdad? La cadena británica Harrods exhibió esta maqueta dentro de su evento Technology Showcase 2.0. El pequeño submarino eléctrico mide 6,7 metros de largo, pesa cuatro toneladas y sus dos cúpulas transparentes son tan resistentes, que aguantan sin rajarse inmersiones de 600 metros de profundidad. ¿Quién dijo miedo? Si por un casual, los elementos se vuelven en tu contra, no te preocupes. Sus dos ocupantes cuentan con “un sistema de soporte de vida” que permite la supervivencia bajo el agua durante 80 horas. 3 días y 8 horas sin que te estalle la cabeza…
El Orcasub se controla como un avión. Bueno, casi casi. Dispone de un joystick y dos pedales… no sonrías, pequeño bribón, sé que ahora estás pensando en tu madre, que te decía que estabas tirando tu vida por la borda, jugando tantas horas frente a una pantalla. Sí, te servirán de experiencia. Ay…
Está equipado con un sónar para evitar obstáculos lejos del alcance visual, un sistema de comunicaciones a larga distancia y un cañón LED en forma de anillo, con una potencia de 60.000 lúmenes, ideal para iluminar el fondo marino. No pasarás desapercibido ahí abajo, no. Los calamares gigantes querrán ligar contigo, querrán saber de buena tinta a qué sabes…
Los planes de comercialización del Orcasub son un misterio. No se sabe nada. De todas formas, Spymaster ya ha adelantado que los compradores del juguete recibirán cinco días de entrenamiento para que aprendan a manejarlo. Me apunto a este curso, aunque luego tenga que reconocer cabizbajo, que nunca he recibido sobresueldos y que no puedo pagarlo. Tiene que ser emocionante.
Obviamente, hay versiones “Pro”. Los clientes más exigentes y aventureros podrán elegir modelos más exclusivos. Hay uno que cuesta 9,32 millones de dólares, que se sumerge a más de 1.800 metros de profundidad. ¿Quién no ha soñado con tocar fondo? ¿O es una pesadilla?
Bueno, quien tiene ese dinero se lo gasta, no vamos a meternos con ellos por eso…..yo si tuviera ese dinero lo destinaba a otras cosas, pero bueno, para gustos colores, no?
Es pura envidia, Juanmi. 🙂
Yo tampoco me compraría uno de estos, pero un viajecito por las profundidades tiene que ser una auténtica experiencia, ¿eh?