Hace unos días os ofrecíamos un artículo sobre los últimos Premios Pritzker, y las posibles influencias de la política en la elección de los diferentes galardonados. Esta nueva edición de los premios nos ha dejado un arquitecto admirado desde dentro y desde fuera de la profesión por sus virtudes proyectuales y por una carrera que ha sido una búsqueda constante de innovación y desarrollo arquitectónico.
Toyo Ito ha sido galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura de 2013, a sus 71 años, el arquitecto japonés –aunque nacido en el actual suelo coreano– ha recibido la máxima distinción del mundo de la arquitectura, dotada con un premio en metálico de 100.000 dólares y una medalla de bronce. Las palabras del jurado en el acta del premio son las siguientes:
Un creador de edificios atemporales, con los que audazmente propone nuevos caminos. Su arquitectura proyecta un aire de optimismo, ligereza y alegría, y está impregnada de un sentido de unicidad y universalidad […] por su síntesis de la estructura, espacio y forma que crea lugares acogedores, por su sensibilidad al paisaje, por infundir sus diseños con una dimensión espiritual y por la poética que trasciende todas sus obras.
El arquitecto japonés nada más conocer el reconocimiento que había recibido realizó las siguientes declaraciones.
La arquitectura está limitada por diversas restricciones sociales. He diseñado arquitectura pensando en que conseguir espacios más cómodos más allá de esas restricciones […] Sin embargo, cuando se acaba un edificio me doy dolorosamente cuenta de mi propia insuficiencia, lo que se convierte en energía para el desafío del siguiente proyecto […] nunca fijaré mi estilo arquitectónico y nunca estaré totalmente satisfecho de mi trabajo.
La última frase resume su carrera de un método claro, nunca estaré satisfecho con mis obras. La carrera del arquitecto japonés ha sido una búsqueda constante de ideas y de nuevas formas, lo que al final le ha valido un más que merecido reconocimiento a una extensa carrera.
Vamos a hacer un análisis a una carrera que cuenta con mucha obra construida en un arquitecto que ha sabido encontrar la mezcla entre la calidad y el ingenio estructural y la búsqueda de la forma y el espacio, ha sabido aunar en su obra los dos puntos más importantes de la arquitectura, técnica vs. arte o construcción vs. diseño, como cada uno quiero llamarlo.
En sus primeros años, sus creaciones destacaban por el uso de materiales de carácter industrial, algunas viviendas realizadas con estructuras ligeras y paneles de aluminio, fueron de los primeros diseños en usar estos materiales desconocidos para la arquitectura hasta aquel momento de la manera en que el arquitecto japonés las usó. Como ejemplo la Casa de Aluminio en Kanagawa en 1971.
Posteriormente a esta primera época desarrolló una serie de obras en las que cambió de materiales, empleando el hormigón armado como principal fuente de inspiración, para proyectar edificios como puede ser la White U o Casa en Nakano en el año 1976, donde seguía buscando algo más que una obra de arquitectura e intentaba crear arquitectura con mayúsculas, que no fuera predecible.
Después de estas dos primeras etapas, habría que esperar casi dos décadas a encontrar sus grandes obras –también reconocidas por el jurado del premio como obras más destacadas–. La primera de ellas puede ser la Mediateca de Sendai, finalizada en el año 2000, e iniciada unos 5 años antes. En esta obra se puede destacar el uso de los tubos estructurales en el interior del edificio, que utilizar para generar un espacio interior fluido, muy atractivo e interesante para las personas que lo usan, rompiendo un poco los habituales “cubículos cerrados” de la arquitectura contemporánea.
Sus obras más representativas –en palabras del jurado– han sido el pabellón temporal creado para Brujas en el año 2002 y el edificio TOD’S en Tokio en el año 2004. En el caso del pabellón de Brujas, es una envolvente con tres planos, dos laterales y una cubierta, creada mediante hexágonos metálicos, con alguna interrupción con forma elíptica, que conforman la piel y la estructura de un edificio efímero en el tiempo, que además busca mostrarse como tal en el espacio, pero no sin ello negar su materialidad.
El edificio TOD’S de Tokio destaca en su método constructivo/estructural, donde el propio cerramiento del edificio sirve de elemento estructural. Como concepto no es novedoso, pues muchas de las arquitecturas históricas se han realizado así, pero sí por su materialización, mostrando esa materialidad estructural al exterior con una forma nada racional.
Como otras obras importantes del creador nipón se pueden destacar la cúpula de Odate (Japón) o la Torre de los Vientos de Yokohama (1986), ambas grandes obras arquitectónicas donde destaca por encima de todo el uso de las nuevas tecnologías, sin renunciar eso sí a la creación de espacios amables para sus usuarios.
También debo destacar una obra efímera, al igual que el pabellón de Brujas, en la que une un poco todas las ideas de las creaciones de una época, como puede ser el Edificio TOD’S o el Edificio Mikimoto Ginza 2, como es el proyecto que realizó para el famoso Pabellón Serpentine de Londres. Un diseño que se está convirtiendo un habitual entre los grandes arquitectos, siendo además su proyecto una de las mejores creaciones de este siglo en el parque londinense.
Dentro del territorio español el arquitecto japonés tiene cierta importancia, además de estar varias veces entre los finalistas del Premio Príncipe de Asturias de las Artes entre otros muchos reconocimientos que sí ha recibido, llama la atención el Premio Fundación Consejo España Japón por sus vínculos y obra en España, por haber ejercido una influencia y diálogo entre las culturas de ambas sociedades.
Dentro de la obra construida en nuestro país podríamos destacar el maltrecho Parque de Relajación de Torrevieja en Alicante o el Hotel Porta Fira de Barcelona, ganador del Emporis Skycraper Award 2010, que reconoce a este edificio como el mejor rascacielos del mundo, por “su exquisitez y la integración urbanística del edificio”.
A mí quizás no sea una de las obras que más me guste del proyectista japonés por su materialización estética en la que pienso que a diferencia de otros proyectos busca más un artificio que un espacio o una construcción, pero que aún no buscándolo lo consigue de una manera sobresaliente.
Para acabar el artículo me gustaría destacar la Biblioteca de la Universidad de Tama, para mí una obra que resume lo que es la obra del proyectista japonés, una mezcla entre espacios interiores y una estructura presente, que se manifiesta al exterior con una racionalidad sensata y sincera sin buscar artificios.
Cabe destacar la importante conciencia social que tiene el proyectista nipón, quien ayudó a la reconstrucción de algunos pequeños espacios después del terremoto que arrasó su país en el año 2011. También influye en muchos jóvenes arquitectos como profesor a los que enseña y a los que anima a inspirarse en su obra, pues según él, ”un maestro está para dar oxígeno, no para quitarlo”, algunos deberían aprender de esto y dejarse de tantas demandas.
El día 29 de mayo tendrá lugar la ceremonia de entrega del Premio Pritzker de este año en la Biblioteca Presidencial John F. Kennedy de Boston. ¿Qué os parece la elección de Toyo Ito por parte del jurado?
