Lo que Twitter puede enseñarnos sobre la investigación

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Una segunda aproximación a la reflexión en torno a la utilidad de las redes sociales en el ámbito académico. Es necesario seguir pensando y afinando las ideas en base a las experiencias compartidas. Ya que nos hemos animado a proponer un ejercicio bien vale la pena recalcar elementos en los que Twitter nos puede servir de ejemplo práctico para los alumnos. Las herramientas que tienen en las manos son bastante útiles.

La red social da mucho para reflexionar

Habíamos comenzado con un ejercicio que bien puede sintetizarse en tres fases: buscar, acotar y seguir. Definir palabras clave vinculadas a intereses personales o deberes académicos es, desde el principio, una tarea esencial para conseguir buenos resultados. No hay que dejar pasar que las mejores investigaciones y los mejores trabajos son aquellos que responden a inquietudes propias que quizá hasta desconocíamos. Importante, por tanto, encontrar ese motor emotivo que despierte nuestra curiosidad al máximo.

Buscar usuarios, ir acotando lo que realmente nos interesa y seguir para comenzar a recibir el caudal de información. Henos aquí pero, ¿ahora qué hacemos? La aventura ha iniciado y no es momento de detenerse. Twitter tiene tres funciones que pueden servirnos como analogía para un diálogo con nuestros estudiantes e incluso para hacer ejercicios que les serán de mucha utilidad. Analicemos un poco lo que podemos transmitir a partir del uso de esta red social que, aunque no lo parece, puede dar mucho para la reflexión.

El conocimiento es un diálogo, una conversación

El tan citado Manifiesto Cluetrain nos anuncia algo que hoy parece una gran novedad: los mercados son conversaciones. Esto es en realidad una verdad que lleva siglos siendo practicada en el ámbito del conocimiento. Conocer, al fin y al cabo, es poner sobre la mesa del diálogo un descubrimiento para que otros lo comenten y los pongan a prueba. El diálogo es algo inherente al desarrollo del conocimiento humano. La diferencia radica en que gracias a herramientas como Twitter tenemos una conversación cada vez más rápida y las respuestas se multiplican haciendo necesario el filtro del que ya hemos hablado.

Los libros han sido –y seguirán siendo creo yo– compañeros inseparables de las aulas, son ellos las líneas del tiempo en las que se desarrollaban las conversaciones sobre y para el conocimiento. Podemos verlos como perfiles de Twitter en los que los autores enviaban mensajes un poco más largos. Acercarse a esta red social como un instrumento de investigación es acudir a una librería en constante movimiento, pasearse por sus estantes y encontrarse con la posibilidad de dialogar con los autores de los libros. Sin duda que se trata de una concepción mucho más horizontal del conocimiento: todos estamos dialogando en el mismo nivel, aunque, evidentemente, no con el mismo fondo. Digámoslo de manera sencilla: cualquiera puede dialogar, pero aportar requiere de un proceso de formación e información arduo. La maravilla está en que dicho proceso está al alcance de la mano.

Tarea que no desaparecerá pronto

Primera reflexión a partir del uso de Twitter: el conocimiento es un diálogo en el que todos podemos participar. Hay espectadores en proceso de formación que en cualquier momento podrían abandonar la escucha pasiva para entrar a la conversación de manera más activa. Las preguntas y experiencias llegan desde todos los rincones y aportan también a aquel que ya cuenta con cierto recorrido en la materia. Se trata, en suma, de la desmitificación de los grandes sabios inalcanzables y de una muy buena manera de tener siempre los pies en la tierra manteniéndose abiertos a las inquietudes y a lo posible. Constatamos de manera fehaciente que en el conocimiento la última palabra nunca está dicha.

Honor a quien honor merece

Hablamos, entonces, de una diferencia en términos de contenido, no de derechos. Todos pueden participar, es la forma y lo que se aporta lo que cambia. La segunda función de Twitter está en las menciones y en el famoso RT (retwitteo o retuiteo si hacemos caso a la RAE). Una práctica muy olvidada y delicada en la investigación es la de la forma correcta de citar y dar crédito a quien ha dicho algo antes que nosotros. Invitar a hacer RT en mensajes con contenido interesante y pertinente no es sino reconocer de manera propia el trabajo de otro. Algo muy sencillo que debe ser interiorizado por todo alumno: honor a quien honor merece.

Se trata, por tanto, de invitar a reflexionar sobre la importancia de hacer mención –nunca mejor dicho– de quien nos ha aportado algo. ¿Por qué? Muy sencillo: porque a otro le puede ser de la misma utilidad. Más aún, al pasar a la fase creativa, es decir, al comenzar a proponer contenidos en la red, será muy importante decir quién nos ha inspirado, de dónde han salido nuestras ideas, a quién debemos algo. No es sólo un ejercicio de humildad y honestidad, que también, sino una manera de permitirle a otros ir a la fuente original y regresar para apoyar nuestra propuesta o para plantear interrogantes críticas. El diálogo que va a afinando al conocimiento entero se hace posible gracias a esta sencilla práctica.

Una práctica muy necesaria

Segunda de las reflexiones: en el diálogo del conocimiento hay que reconocer a quien a tenido una idea que nos parece interesante y que vale la pena desarrollar. La honestidad académica es fundamental en días en los que la acción de cortar y pegar es tan sencilla. Hay que comenzar a quitar los velos mitológicos de la poca fiabilidad de la información en la red invitando a citar las fuentes vengan de donde vengan. Si la información no es buena se tendrá un buen punto para entrar al diálogo haciendo señalamientos críticos a la misma. Pero para ello hay que leer, analizar y mencionar. Una de las grandes virtudes del diálogo es que aunque hayamos caído en trampas o errores al continuar dialogando siempre encontraremos una salida. Por ello resulta tan útil el dejar constancia de que ya hemos pasado por allí y las dificultades con las que nos hemos topado. Recordad que siempre habrá otros viajeros.

Como decía Gracián: lo bueno, si breve, dos veces bueno

Twitter reduce el número de caracteres a 140. Es una tarea siempre complicada el poner en tan pocas palabras lo que quiere decirse. Pero es en este punto donde podemos encontrar el mejor de los ejercicios para los alumnos: la brevedad. Definir lo que quiere decirse en un enunciado simple y corto. Nada de estructuras rebuscadas, mejor la simplicidad del sujeto, el verbo y el predicado. Ejemplo: @economiajuande es un excelente ejemplo del uso académico de Twitter. Muy recomendable seguirle y aprender también de economía. Con un mensaje así, con una estructura básica, he reconocido a Carmen Fernández por el trabajo que hace con sus alumnos al mismo tiempo que transmito mi posición con respecto a su labor. Bien podría incluirse un enlace en lugar de la segunda frase hacia un artículo que explicara qué es lo que nos podemos encontrar en esa cuenta.

Un buen ejemplo de Twitter en la academia

Esto requiere de un ejercicio constante, pero el esfuerzo no tiene desperdicio. No siempre será sencillo resumir la idea que tenemos en 140 caracteres o menos. Podemos pensar en realizar dinámicas en las que todos tienen el mismo texto (este, por ejemplo) y la tarea consista en cambiar el título por uno propio que resuma, de acuerdo a cada alumno, la esencia del contenido. Contrastar las opciones será sumamente interesante y el ejercicio es sí mismo resulta más que útil no sólo para mandar mejores tweets o tuits, sino para mejorar la redacción en general. Nada como iniciar o finalizar un párrafo con la estructura de un mensaje de Twitter para dejarle claro al lector lo que queremos decir.

Tercera reflexión y utilidad de la red social: es importante dejar bien clara la idea central de algo, y para ello es necesario prescindir de frases rebuscadas para apostar por la clara simplicidad del lenguaje. Una capacidad que se desarrolla con la práctica y que nunca se deja de pulir. Hablábamos en un inicio de la importancia de encontrar un motor emocional, pues el segundo paso es traducir esa emoción en un mensaje de Twitter. Esto nos ayudará a iniciar un proceso creativo del cual os hablaré la próxima semana. ¡No os olvidéis de compartir experiencias y dejar vuestros comentarios! El diálogo, como ya sabemos, es muy importante.

Archivado en Internet y redes sociales, Investigación, Twitter
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