Lo cierto es que debe ser duro para los chicos de la gran N pasar de los espectaculares resultados que obtenían con la Wii original a las cifras humildes que ahora presentan. El caso es que el pasado trimestre han alcanzado 71,4 millones de dólares de beneficios, cantidad discreta pero positiva, pues el año anterior en estas fechas habían tenido pérdidas y los analistas anticipaban que se repitieran. En lo que llevan de año han vendido la decepcionante cifra de 390.000 Wii U, mientras que la Nintendo 3DS alcanzó unas más razonables 1,25 millones de unidades vendidas. Números bajos, como suele ser lógico en el primer trimestre del año.
Quizá lo más llamativo sea que a estas alturas se esperaba haber vendido 5,5 millones de Wii U, se redujo la predicción a 4 millones y finalmente se han colocado en los hogares apenas 3,45 millones. Respecto al software, se han vendido 13,42 millones de unidades, una cifra concordante con las máquinas vendidas. Respecto a la portátil Nintendo 3DS, lleva en total 31,09 unidades comercializadas, y 95,03 juegos acompañándolas. Nintendo ha declarado que pretende optimizar estos resultados centrándose en el desarrollo de software clave durante la segunda mitad del año, que debería permitirles mejorar su situación a nivel de ventas de hardware.
Por otro lado, el mítico Reggie Fils-Aime, encargado de dirigir Nintendo en los Estados Unidos, va a pasar a un segundo plano en la organización. Ahora el liderato de la división será ejercido directamente por Satoru Iwata, actual presidente de Nintendo, que acumula un nuevo cargo. Esperemos que estos cambios organizativos permitan mejorar los beneficios pero, sobre todo, los nuevos juegos prometidos logren seducir a los aficionados y consigan que la Wii U levante el vuelo y se ponga al nivel de la portátil de la compañía en ventas. ¡Nintendo se juega mucho con su última consola de sobremesa!
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que estas cifras son adecuadas y lógicas, o esperabas mejores resultados?