Muchas veces cuando la lluvia hace acto de presencia nos quedamos en casa y dejamos lo de ir a hacer fotos para otro momento. No obstante, si tienes la ayuda de alguien o tu cámara está lista para soportar algo de agua o si tienes una carcasa para el agua que proteja tu equipo, no es un mal momento para buscar algo que fotografiar.
Por ello ni corta ni perezosa estos días he salido a hacer fotos. La lluvia no me frenó, lo cual es una ventaja para encontrarnos con esos lugares tan concurridos, sin nadie que se meta de improviso en nuestras imágenes.
Además, no debemos olvidar que las nubes también nos ayudan a tener una iluminación más agradable. Si pensabais que en días soleados se consiguen fotos más interesantes probablemente es que nunca habéis salido cuando está nublado. Es cierto que el cielo no lo captaremos azul, pero el resto estará iluminado por luz difusa.
Esto pasa porque las nubes actúan de difusor. Es como cuando en el estudio de fotografía ante el flash colocamos una ventana, logrando con esta acción que la luz que emite el flash se suavice. En este caso la suavidad de la luz es global, por lo que si os apetece hacer algún retrato a un amigo, aprovechad esta luz y notaréis de qué os hablo. Conseguiréis fotografías con una iluminación muy homogénea, que lógicamente, a los que adoráis las imágenes muy contrastadas os podrán resultar planas.
Decidida a hacer fotos, mi paseo por el Parque escultórico de la Torre de Hércules estaba plagado de elementos listos para ser retratados. Pero este conjunto escultórico llamó mi atención. Desde uno de los caminos, en un punto de vista por debajo de estas esculturas, parecía que las mismas fueran un nexo de unión entre cielo y tierra. Desde el verde y húmedo mundo terrenal me dirigían hasta el cielo, donde en ese día los dioses derramaban sus lágrimas para dotar a la tierra de vida.
Sin embargo, aunque realicé varias tomas en las que solo existían tierra, escultura y cielo no quise que la transición de verde a blanco (debido al cielo nublado) fuera tan radical. Por ello incluí al fondo una línea de tierra que nos ayuda a dibujar el horizonte y que otorga más profundidad.
Posteriormente a la toma, decidí dotarla de algo más de saturación, logrando unos verdes más intensos. Y añadiendo el viñeteado, que aunque muchos corrigen, a mí me gusta añadirlo en algunas fotografías, donde lo más destacado se encuentra en la zona central de la imagen.
Como curiosidad, observad que la lluvia es un elemento difícil de retratar, y siempre ha sido un reto captarlo. Sin ir más lejos, el famoso musical Cantando bajo la lluvia tuvo que tirar de ingenio para conseguir grabar la lluvia en su escena más conocida. No me encontraba Singing in the rain como el famoso Gene Kelly, pero fotografiando bajo la lluvia, yo también me sentía feliz.
