Las primeras impresiones cuentan mucho más de lo que a veces queremos reconocer. Y aunque ya se habían sabido cosas de PlayStation 4 y de Xbox One, ayer se realizó su presentación oficial en sociedad, en la que se han dado muchos detalles específicos sobre ellas y sus juegos. Algún aficionado ya habrá decidido qué consola comprará a la vista de lo enseñado, pero lo más relevante es que ya se han generado “corrientes de opinión” en las redes sociales, entre los críticos especialistas e incluso en algún medio generalista. Por eso resulta importante analizar lo que pasó ayer, y lo cierto es que no resulta sencillo.
Xbox One se trata de una máquina muy completa, con un público más amplio, con el interesante Kinect y las aplicaciones y la televisión como extras. Su catálogo de exclusivas ha sido más fuerte y atractivo que el de su rival, y el mando parece más cómodo. Parecía tenerlo todo para triunfar, pero más prestaciones implican mayor precio, y los 499 euros de lanzamiento no están al alcance de todos los bolsillos. Pero eso no es lo peor, sino el impopular sistema DRM montado: el dispositivo necesita conectarse a Internet cada 24 horas para funcionar, y los juegos de segunda mano se verán muy limitados.
Así que, como quien dice, ayer a Sony le dieron las cosas hechas. Sin conexión a Internet obligatoria y con juegos seminuevos libres (o eso se piensa), lo único que empañó su noche fue la necesidad de pagar a partir de ahora para jugar online. El resto no destacó demasiado, pero tampoco decepcionó: se enseñaron títulos interesantes, aunque seguramente aún hay exclusivas guardadas en la manga, y se anunció un precio 100 euros inferior al de su rival. Sony debería haber mostrado más y mejores franquicias, pero lo cierto es que nadie duda de que su máquina es muy capaz técnicamente y tendrá un catálogo impresionante en pocos meses, así que la decepción se amortiguó.
El resultado: esta primera batalla ha sido claramente vencida por los japoneses, y desde Microsoft tendrán que esforzarse para superar el primer tropiezo. No me parecería extraño que, si PlayStation 4 permite la segunda mano, su consola también acabe por hacerlo. El precio seguramente se volverá un tema más complicado, pero más pronto que tarde acabarán por igualarse. El problema lo veo en que, en ese tiempo, Sony puede vender muchos millones de unidades, y recuperar la fama que perdió con PlayStation 3.
¿Qué opinas del tema? ¿Quién ha sido para ti la ganadora ayer?
