Nokia representa un clarísimo ejemplo de cómo una compañía líder es capaz de volverse completamente irrelevante en pocos años debido a la incapacidad para reaccionar ante las innovaciones de sus rivales. La aparición del iPhone, y posteriormente de Android, dejó al obsoleto Symbiam en ridículo, y fue demasiado tiempo el que se tardó en dar respuesta. Esta llegó en forma de una alianza con Microsoft, adoptando como plataforma su interesante Windows Phone. Los comienzos son duros para cualquier sistema operativo, pero el ecosistema de los chicos de Redmond ya está bastante maduro, y eso tiene consecuencias muy positivas para Nokia.
Hoy nos enteramos de que la compañía de Espoo ha obtenido 585 millones de beneficios en el último trimestre de 2012, en buena medida gracias a su división de infrastructuras de red, pero también debido a los 4,4 millones de terminales con Windows Phone vendidos en el período, el doble que con Symbian. Respecto a este último sistema operativo, se confirma que no aparecerán más modelos con él, siendo el Nokia 808 PureView el último. De todas formas, las pérdidas anuales ascienden a 3.000 millones de dólares, probable motivo por el que la firma ha decidido no repartir dividendos entre los accionistas.
Un dato curioso es que el mayor número de dispositivos vendidos implica que Nokia tendrá que pagar a Microsoft: el coste total de las licencias del software resulta mayor que la aportación que los chicos de Steve Ballmer hacen a la marca por el apoyo a su plataforma. Sólo podemos alegrarnos de que al mítico fabricante finlandés de móviles las cosas empiecen a irle mejor gracias a algunos modelos muy atractivos y que la mayor competencia en el mercado signifique que los consumidores disfrutemos de más opciones, de calidad superior y a precios competitivos. ¡Google y Apple deben empezar a estar un poco preocupadas!
¿Qué te parece este tema? ¿Crees merecida la recuperación financiera de la empresa, o consideras que aún tiene mucho que mejorar para estar a la altura de sus rivales?
