Cada tres meses pasa lo mismo, las compañías revelan los resultados económicos del periodo, y a veces nos sorprendemos cuando a una empresa que ha trabajado duro le van las cosas mal. Otras, que llevan una estrategia que parece un poco más discutible, se tratan de las que se han adaptado a lo que los consumidores demandan, y obtienen pingües beneficios. Muchos pensamos que, en el duelo entre el HTC One y el Samsung Galaxy S4, el terminal de los taiwaneses destacó sobre el cuarto miembro de la familia Android de los coreanos. Pero esa impresión, un poco subjetiva, no parece haberse trasladado a las cuentas de resultados de sus creadores.
En el tercer trimestre de este año, Samsung ha obtenido unos astronómicos beneficios de 9.400 millones de dólares, lo más altos hasta el momento. Y no precisamente gracias a su terminal estrella, sino a su amplísima gama de modelos para todos los gustos y bolsillos, que se apoyan en la fama de su hermano mayor, aunque poco tienen que ver en calidad. En cambio, HTC cuenta con muchos menos dispositivos a la venta, principalmente el HTC One, su hermano menor y su próximo phablet. Y en este pasado trimestre, la compañía ha arrojado pérdidas por primera vez en su historia (unos 100 millones de dólares), tras llevar mucho tiempo disminuyendo progresivamente su relevancia y ventas.
Parece que los terminales de gamas baja y media, que Apple considera chatarra, al final pueden llegar a volverse un negocio muy rentable. Más que los modelos de HTC, en general avanzados y superiores en precio a los de su rival. Lejos quedan los tiempos en los que la firma taiwanesa resultaba prestigiosa y rentable, pero desde Xombit deseamos que se recupere, y pueda seguir compitiendo en el siempre complicado ecosistema Android. Una cosa está clara, Samsung no le va a poner las cosas nada fáciles.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees como yo que estos resultados resultan tremendamente injustos, o piensas que el único baremo para medir el éxito de una compañía debe tratarse de su desempeño económico?