El hardware de los teléfonos inteligentes lleva años avanzando en los mismos aspectos: aumentar tamaño y resolución de las pantallas, incluir procesadores más potentes y con más RAM a su disposición y acrecentar el número de megapíxeles de la cámara. Algo que tenía sentido cuando los terminales eran sencillos, y a lo que los consumidores nos hemos acostumbrado. Pero el ritmo imparable de la tecnología ha provocado que estas características se hayan depurado mucho, y ahora los fabricantes deban cambiar sus prioridades. Ya no vale con conformarse con mejorar los números de las especificaciones.
A día de hoy existen móviles con 468 píxeles por pulgada en su pantalla, más de lo apreciable por la vista humana. Seguir la escalada de resoluciones no tiene sentido, resultaría más lógico desarrollar paneles con inferior consumo, mejor legibilidad en exteriores o incluso de forma curvada. Los procesadores de gama alta actuales son capaces de mover cualquier sistema operativo con gran fluidez, por lo que ha llegado el momento de centrarse en la débil autonomía de los smartphones. Desde luego, más megapíxeles en las cámaras no ofrecen utilidad si no aportan mejoras en la calidad de imagen, porque los tamaños de las capturas se han vuelto más que suficientes para cualquier uso normal.
Sin duda, resultan mucho más interesantes aportes como la estabilización de imagen de las fotografías o el rendimiento en situaciones de poca luz. Otros avances atractivos los encontramos en los terminales resistentes al agua (aunque también deberían aguantar golpes, algo en lo que los diseños actuales no se especializan) o en hacerlos más compactos reduciendo al mínimo los marcos alrededor de la pantalla. También me parecería positivo adelgazar los dispositivos, pero debería tratarse de un objetivo a largo plazo, una vez se mejore la autonomía de las baterías de forma importante.
En definitiva, los fabricantes tienen que empezar a centrarse en características distintas a las que suelen publicitar, y los consumidores deben solicitarlas. Tanto las que he comentado como otras innovaciones originadas en los equipos de investigación y desarrollo de las marcas. Se hace necesario empezar a enfocar de otra manera el avance de los smartphones, ante el agotamiento de las tecnologías actuales. Esperemos que los compradores sepamos apreciar este cambio de paradigma, y las compañías implicadas no teman dar el salto porque, de lo contrario, correríamos el riesgo de que la industria se estancase.
¿Qué opinas de este tema? ¿Coincides conmigo en que el sector de los teléfonos móviles debe encaminarse en otras direcciones, o crees que la senda actual es la correcta?
Que ya es necesario, ya los puntos en los que se enfocan las compañías, actualmente ya han tenido grandes avances, pero ignoran el tema de la autonomía de la batería y también innovación de otras cosas.
[…] más avanzadas posibles, eso sí, a un precio contenido. Pero la posibilidad de emprender caminos diferentes e innovadores parece del todo descartada. Y eso me hace preguntarme cuál es el destino que les aguarda a los […]