Pensar en lo que hubiera sido si las cosas se desarrollaran en el pasado de otra forma no se trata de un ejercicio muy productivo, pero sí interesante. Seguramente, en el caso de que Apple no hubiera presentado el iPhone original, Android no existiría, o resultaría muy distinto. Y Windows Phone también hubiera seguido un camino diferente. A día de hoy, Google es propietaria de Android, aunque Samsung se trate de la compañía que más se lucra con él. Sin embargo, los coreamos pudieron haber comprado el sistema operativo, pero no tuvieron fe en la empresa que estaba detrás, y dejaron pasar la oportunidad.
El padre de Android fue Andy Rubin (que ahora realiza otras tareas), que ya tuvo éxito con el smartphone Sidekick de Danger. Al dejar esta empresa, comenzó el desarrollo del sistema operativo del robot verde, en un principio enfocado a cámaras de fotos. Esto ocurría en el 2003, y un año después el proyecto corría peligro por falta de socios de calado que aportaran fondos. Así que ocho empleados fueron a Seúl a hablar con Samsung, que mandó a veinte ejecutivos a escucharlos. No se sintieron especialmente impresionados por la idea, y pusieron en duda que una compañía tan pequeña pudiera sacar adelante el trabajo.
Unas pocas semanas después, Google compraba Android e integraba a sus desarrolladores en la empresa, por una cifra que (a día de hoy) resulta bastante ridícula: 50 millones de dólares. La anécdota proviene del libro Dogfight, de Fred Vogelstein, y me parece una simple curiosidad. Si la multinacional coreana adquiriera Android en ese momento, seguramente lo hubiera transformado en una alternativa irrelevante como Bada. Sin embargo, estando Google dispuesta a plantar cara a Apple, habría creado un sistema propio a la altura, aunque tuviera que presentarlo más tarde si su desarrollo partiera de cero.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que esta anécdota sólo representa un detalle de la historia de los móviles, o que pudo haber cambiado la industria por completo?
