Tras varios meses de rumores y aproximaciones, finalmente Vodafone ha comprado Ono por un valor de 7.200 millones de euros. Hace unas horas, los fondos de capital de riesgos que controlan la cablera española han llegado a un acuerdo verbal con el gigante británico, cerrando la compra en unos 7.200 millones de euros, incluyendo los alrededor de 3.400 millones de deuda que ha acumulado la compañía española en los últimos años.
Este acuerdo verbal no supone el cierre definitivo de la operación, ya que una compra de este calibre en el sector de las telecomunicaciones debe estar auditada por algún organismo regulador, que en este caso aún no se sabe si será la CNMC, Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, o si será el área de Competencia de la Comisión Europea.
De cualquier forma, la cuota de mercado conjunta de ambas empresa no supone un monopolio alarmante, por lo que no se esperan dificultades a la hora de cerrar la compra. El inicio de la compra de Ono por parte de Vodafone también supone la paralización de la salida a bolsa de la compañía española, que había sido aprobada por la Junta general de accionistas ayer mismo, al no alcanzar un pacto de venta a tiempo.
Esta compra supone el control de Vodafone sobre 7 millones de hogares a los que Ono llega con una infraestructura propia de fibra-cable. Esta inversión pone a Vodafone a la altura de su principal competidor, Movistar, que en los últimos meses está acelerando el despliegue de su red de fibra FTTH, una infraestructura por otro lado bastante más moderna y interesante técnicamente que la de Ono.
Como siempre nos gustaría conocer vuestra opinión. ¿Qué os parece esta compra? ¿Creéis que en los próximos meses convergerán de forma completa los servicios de ambas compañías?