Hay quien cree que la economía sumergida (esa que no paga impuestos) se trata de lo único que evita que en España ocurra un estadillo social. Pero, por otro lado, no es justo que sólo algunas empresas y consumidores colaboren con los gastos de país, como la educación o la sanidad. Independientemente de lo que pensemos los ciudadanos, los gobiernos quieren recaudar lo máximo posible, y no dejan de diseñar estrategias de lo más originales para conseguirlo. El último ejemplo lo tenemos en Portugal, un país en una situación aun peor que la de España, y que tira del ingenio para que se pague el IVA.
La última iniciativa se trata de transformar las factura en papeletas para un sorteo de un coche de lujo cada semana. Así, si un consumidor pide factura (pagando por lo tanto el IVA), sólo tendrá que asegurarse de que en el documento consta su número de identificación fiscal para participar. El gobierno portugués invertirá diez millones de euros en esta medida, y ya en el 2013 permitía desgravar hasta 250 euros en la declaración de la renta por el consumo, para evitar la evasión de impuestos. No existe límite de facturas ni importe mínimo, todo vale por reducir una economía sumergida que ya alcanza el 27% del PIB.
La medida no es nueva: en los años 50, Taiwan consiguió con ella aumentar su recaudación un 75%, y en Brasil y Chile se utiliza. Incluso en Eslovaquia se adoptó en 2012, con resultados positivos. Así que, si Portugal logra su objetivo, no resultaría extraño que el ejecutivo de Mariano Rajoy comenzase a aplicar el concepto. Lo cierto es que puede parecer una iniciativa un tanto fuera de lugar, pero las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Los juegos de azar suelen interesar bastante a la población, por lo que esta idea puede salir adelante.
¿Qué opinas de esta estrategia? ¿Conseguiría que siempre pidieras factura, o no crees que compensara económicamente?
