¿Hielo de lujo? ¿Nos hemos vuelto locos? Quizá el caso sea como comprarse un flamante nuevo Porsche: uno no quiere el coche por ser rápido, ofrecer calidad o un buen diseño, sino más bien para dejar claro que su estatus social es alto. Si ya resulta habitual que en algunos lugares cobren 20 euros por un gin tonic con todo tipo de florituras, el “hielo de lujo” se trata del añadido perfecto para elevar aun más la cuenta. Eso sí, se nos prometen unos cubitos libres de aire y de cualquier impureza, que supuestamente no interfieren con el sabor original de la bebida.
Conocemos esta tendencia gracias a Priceonomics: una marca como Gläce Luxury Ice vende la bolsa de 50 cubitos por 325 dólares, aunque por suerte se incluye en el precio el envío a Estados Unidos por mensajería. Asegura que sus hielos pueden tardar entre 15 y 40 minutos en derretirse, evitando aguar innecesariamente la bebida. Ofrece modelos redondos y cúbicos, tallados individualmente y libres de minerales, aditivos o cualquier contaminante. La marca hace énfasis en que se trata del complemento ideal para un cóctel premium, y que su presentación es tan buena como su calidad. Aunque eso no cambia que un simple cubito cueste cerca de 5 euros al cambio.
Otras marcas como Névé se han apuntado a la moda, también con precios estratosféricos. Incluso hay quien ha probado si es verdad que estos cubitos tardan más en derretirse, obteniendo resultados bastante decepcionantes. Parece claro que se trata de simple moda o postureo, como el cubito de hielo con forma de templo japonés. No se conocen los costes de producción de estos productos, pero todo apunta a que el negocio debe resultar muy rentable. Yo, por lo de ahora, me conformo con tomarme mis bebidas con hielo a base de agua del grifo.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que estos cubitos pueden aportar algo, o te parecen una auténtica estupidez?