Nos encanta la música, tanto que sin ella la vida sería un error. No todos tenemos los mismos gustos musicales ni relacionamos este arte de la misma manera pero lo que sí compartimos es la misma pasión. Es por esto, que nos hemos quedado impactados ante noticia de un grupo de investigadores que ha dado con el circuito neurológico de nuestro cerebro que afecta a nuestras preferencias musicales. Tras un profundo análisis del mismo, se han dado cuenta de que efectivamente es posible su modificación, lo que nos permitiría cambiar nuestros gustos musicales. ¿Nos estamos pasando?
Esta noticia nos llega de la mano de la revista Frontiers in behavioral neuroscience, que narra el estudio de un hombre de 59 años que pasó de no gustarle la música a volverse fanático de Johnny Cash.
El sujeto, Mr.B, fue sometido a una Electroestimulación Cerebral Profunda (DBS) dirigida al núcleo accumbens, provocando en él un trastorno obsesivo compulsivo. Tras esta implantación, el paciente escuchó Ring of fire una canción del propio Johnny Cash y a partir de ahí, se volvió un fanático del cantante. No solo sentía la necesidad de escuchar su música, sino que su ira llegaba hasta el punto de tener que comprar sus CD’s y DVD’s de inmediato.
El dato más curioso de este estudio es, que cuando el efecto del implante desaparece, no queda ni rastro de ese gusto que se adquirió. Esta fuerte relación de la música con el trastorno obsesivo, se debe a que ésta tiene una serie de beneficios psicológicos que pueden generar unas importantes respuestas emocionales y fisiológicas.
Es por esto, por lo que los neurocientíficos han descubierto que la música influye en el circuito de recompensa el núcleo accumbens, que es un grupo de neuronas del encéfalo implicadas en determinados fenómenos como lo son las adicciones. Tras este estudio podemos ver que efectivamente está involucrado en la preferencia musical.
¿Qué os ha parecido este artículo? ¿Habrá alguien que le de tan fuerte como para implantarse esto y cambiar sus gustos?
Estudio completo | Frontiers
