Nunca he entrado en una tienda de ropa de verdadero lujo, y espero no verme obligado, pero tengo una idea preconcebida: dependientes estirados que te miran por encima del hombro , mientras te dan el “privilegio” de mirar su productos. A la luz del artículo que leemos en Vox, mi idea es compartida por más gente, y no está tan alejada de la realidad. Además, ¿para qué ir a una tienda si en Internet podemos comprar un jersey con el dibujo de la alfombra de El Resplador? En cualquier caso, parece que los dependientes desagradables pueden ser buenos para el negocio.
Conocemos un estudio que se publicará en el Journal of Consumer Research que indica que aquellos que compran marcas de lujo se sienten más interesados por sus artículos y más dispuestos a gastar cuando ven que la persona que los atiende los rechaza. Lo contrario de lo que pasa con las cadenas de moda económicas. Por otro lado, aquellos que se consideran identificados con la marca reaccionan mejor ante esta actitud, pero los que ya forman parte del “grupo” no tanto. Además, el efecto se apreciaba en el momento, pero el paso del tiempo hacia que la percepción de la empresa se devaluara.
El estudio se ha realizado entre mujeres y con firmas de ropa, por lo que no podemos extrapolar las conclusiones a otras situaciones. En cualquier caso, son necesarios trabajos más detallados, puesto que este no se realizó en un entorno real. Pero sugiere algo muy interesante, y es que lo de que “el cliente siempre tiene la razón” a veces no representa una buena estrategia. Así que ya sabes, sigue nuestros consejos para hacerte con un traje perfecto, porque es posible que en la tienda te ayuden de mala gana… ¡y que eso provoque que quieras comprar más!
¿Qué opinas de esta investigación? ¿Crees que puede tener razón, o consideras que el tema debe ser mucho más complicado?
Imagen | Nikos Koutoulas
