Por qué deberías perder la cabeza por Sleepy Hollow

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Sleepy Hollow

Esta noche Cuatro estrena/quema en España Sleepy Hollow, una de las series revelación de la temporada pasada y eso que lo tenía casi todo en su contra: adaptaba un film muy conocido pero dándole un giro de ciencia ficción bastante loco, con actores poco conocidos y con base procedimental, y por si esto no fuese suficiente, el primer tráiler era realmente espantoso. Parecía que FOX había perdido la cabeza dando luz verde a esta serie pero finalmente, y contra todo pronóstico, Sleepy Hollow se reveló como una de las series más entretenidas y palomiteras de los últimos años.

Una adaptación que no es una adaptación

Sleepy Hollow

La serie de Alex Kurtzman y Roberto Orci, creadores de Fringe, adapta uno de los films más conocidos y reconocidos de Tim Burton que, a su vez, era una adaptación libre de La Leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving más conocida como La Leyenda del jinete sin cabeza, pero de la historia original queda más bien poco.

En esta ocasión su protagonista, Ichabod Crane, no es ni un profesor de escuela de pueblo ni un investigador de Nueva York, sino un profesor de universidad británico fallecido durante la Guerra de la Independencia americana mientras luchaba contra un supersoldado al que decapitó justo antes de morir. Más de dos siglos después, Ichabod y su duro contrincante, ahora sin cabeza, vuelven a la vida para enfrentarse en la que podría ser la batalla final entre el Bien y el Mal.

Es muy loca y lo sabe

Sleepy Hollow

Sleepy Hollow es heredera directa de The X-Files, Supernatural, The Twilight Zone y, por supuesto, Fringe, pero su planteamiento es demasiado absurdo incluso para ser una serie de género. Su premisa es directamente ridícula, y mezcla tantos elementos —ciencia ficción, fantasia, misterio, terror, acción, drama policial, comedia, romance— que es difícil de catalogar, pero lejos de ser en una especie de Frankenstein sin sentido, Kurtzman y Orci acaban consiguiendo que las cosas encajen dentro de su universo demencial en el que conviven brujas, fantasmas, demonios y viajes en el tiempo con profecías bíblicas.

En ese sentido Sleepy Hollow se inscribe en ese grupo de series que, como por ejemplo Scandal, tienen asumido que lo que están contando es muy loco y piden del espectador un salto de fe que, al menos en este caso, se ve recompensado con creces. Además, le beneficia el hecho de contar con una primera temporada de tan sólo tiene 13 episodios porque la obliga a centrase en la historia principal y nos ahorran los típicos episodios de relleno.

Sus protagonistas tienen alma y mucha química

Sleepy Hollow

Ichabod Crane (Tom Mison) y la teniente Abbie Mills (Nicole Beharie) son el auténtico alma de la serie y sin ellos no habría sido lo mismo. El fuerte carisma de los personajes lo empapa todo para bien, y su actores tienen tan buena química que ríete tú de la de Cybil Shepherd y Bruce Willis en Luz de Luna (Moonlighting) —esperemos que no acaben igual—.

Por otro lado, le sacan muchísimo jugo al viejo recurso del choque cultural, en este caso entre un soldado del siglo XVII desubicado en un mundo hiperconectado y una joven mujer policía negra, moderna y sin pelos en la lengua. Juntos forman una extraña pareja tan divertida que, por momentos, parece sacados de una comedia de situación.

Sleepy Hollow es transparente, puro entretenimiento sin complejos, lo que la hace ideal para las calurosas noches de verano. Como diría el célebre mentalista, no necesita que le des más vueltas, no tiene sentido, pero seguro que te lo pasarás bien.

Archivado en Ciencia ficción, FOX, Sleepy Hollow
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