El comportamiento animal muchas veces nos sorprende, como cuando supimos que un pájaro australiano usa su apellido para identificarse o que los delfines recurren a las drogas recreativas. Si además hablamos de ejemplares en cautividad, la cosa se complica aun más. No es que los zoológicos representen el lugar ideal para que estas criaturas vivan, pero nos agrada saber que sus responsables se esfuerzan al máximo por el bienestar de los animales, y que no dudan en recurrir a ideas originales para resolver los problemas que van surgiendo. O al menos asà es en el zoológico de Fort Worth en Estados Unidos.
El inconveniente, que conocemos gracias a io9, fue que una de las mangostas tuvo que someterse a un examen veterinario. Estos seres recurren al olfato para relacionarse, por lo que el ejemplar que habÃa salido de la jaula no fue reconocido por sus compañeros al volver, e incluso se enfrentó a la agresividad de algunos congéneres. Por desgracia, los veterinarios no podÃan devolverle a la mangosta su olor, pero idearon un plan para que todas olieran igual, inspirados por una técnica usada por un zoológico europeo con sus suricatos.
Decidieron rociar el hábitat de sus magostas con Vicks VapoRub, el clásico remedio para la tos y la congestión de los niños. Cuando los animales volvieron, rodaron por el suelo inmediatamente y se impregnaron del olor. Asà que ya no era posible distinguir al animal que habÃa sido inspeccionado del resto. Sin duda, una técnica ingeniosa, aunque este producto no huele precisamente muy bien, y no sé que opinarán las mangostas de que su jaula haya sido rociada. Eso sÃ, la solución es muy original, a mà no se me hubiera ocurrido jamás. ¡Parece que el Vicks VapoRub es más útil de lo que pensábamos!
¿Qué opinas de este tema? ¿Te parece una buena idea, o no tienes claro que ese producto no vaya a hacer daño a las mangostas?
Imagen | Ruben Undheim
