Normalmente, solemos pensar en la carreteras como faraónicas obras públicas, en las que puede participar la iniciativa privada, pero que no representan el negocio adecuado para un emprendedor inquieto. Ya os hemos enseñado las carreteras más largas del mundo… ¡y pueden tener más de 20.000 kilómetros de longitud! Pero el protagonista de esta historia no quería comunicar un continente entero, sino resolver un pequeño problema local que hacía a muchos vecinos perder una hora de su tiempo, así que se decidió a construir una carretera en su finca. Pero claro, eso tiene un coste, y ahora debe cobrar un peaje.
Según leemos en The Guardian, en febrero un desprendimiento de tierra bloqueó la carretera que pasa por Kelston (en el Reino Unido), lo que supone una hora de viaje extra entre Bath y Bristol. Algunos dueños de todoterrenos le pedían a Mike Watts pasar por su finca para saltarse el tramo que se encuentra en obras, y eso animó al emprendedor a buscar financiación y abrir una una pista de tierra que evite el rodeo. Gastó 150.000 libras en habilitar su finca, y en sólo dos semanas ya se podía circular, evitando perder tiempo por la vía alternativa.
Claro que ahora ha de recuperar su inversión, por eso cobra 2 libras por el trayecto. Dice que vale la pena por el ahorro de tiempo y gasolina, y que además las vistas son preciosas en ese tramo. Por suerte, cuenta con el apoyo del ayuntamiento, y los vecinos parecen contentos. Eso sí, asegura que no tiene demasiado claro que vaya a recuperar el dinero gastado. Nosotros ya te hemos hablado de las alternativas a las autopistas para no pagar peajes, pero parece que en este caso lo mejor es pasar por caja, y quedar agradecidos a Watts por sus ganas de arriesgarse en un negocio bastante extraño.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que estamos ante una idea genial, o consideras que debería haber sido el ayuntamiento el que hubiera habilitado el nuevo recorrido?
Imagen | Robert Couse-Baker