¿No resultaría genial entrar en casa y que tu smartphone se empezara a cargar sin tener que enchufarlo? Sí, sería una gozada, pero eso no va a pasar por ahora. La electricidad inalámbrica representa una idea de lo más seductora pero, a pesar de que existen proyectos que pretenden que se vuelva una realidad, lo más probable es que tarden mucho en ofrecer resultados. Ahora mismo, confío más en las sucesivas pequeñas evoluciones de las tecnologías actuales que en una gran revolución. Ya hemos echado un ojo a algún cargador por inducción, y el problema es que el móvil debe estar en contacto con él, y perfectamente colocado.
Pues bien, gracias a Engadget conocemos el estándar Qi 1.2, que añade la deseada carga por resonancia. Eso supone que el aparato ya no tiene que estar alineado, basta con que se encuentre en un rango de 4,5 centímetros. Incluso podrá haber objetos por el medio, como hojas de papel. Además, se posibilitará cargar varios dispositivos en la misma base, y se ofrecen hasta 2000 watios de potencia, para extender esta tecnología a los electrodomésticos. Si disponemos de un móvil con de una anterior generación del estándar disfrutaremos también de la carga por resonancia, aunque la distancia máxima se reducirá a 3,5 centímetros.
El avance no es muy grande (aunque dará la opción de instalar cargadores bajo las mesas) pero, si próximas versiones logran aumentar el radio de carga, estaríamos ante un sueño hecho realidad. Por lo de ahora, esta tecnología llegará a finales de año a los móviles, y en el 2015 a nuestras cocinas. Se trata de un avance interesante, aunque creo que aún queda mucho por trabajar en este campo. Por ejemplo, la eficiencia, ya que en modo resonancia sólo se aprovechará entre el 70% y el 80% de la energía. Y, por supuesto, el alcance del cargador debe aumentar.
¿Qué opinas del tema? ¿Estamos ante un paso adelante importante, o todavía hay que perfeccionar mucho el estándar Qi?