Algunas ideas resultan demasiado avanzadas para su tiempo: seguro que a un hombre primitivo le parecería inconcebible la posibilidad de ser vegano o vegetariano, y a nosotros la propuesta de David Pearce también nos sorprende. Conocemos la opinión este filósofo británico gracias a una entrevista con io9, en la que sostiene que el hombre no debería permitir el sufrimiento animal. No sólo no inflingirlo, sino modificar completamente los ecosistemas para evitar conductas tan naturales como la caza. Para él, ver como una boa se come a mamífero es como si se tragara a un bebé, hay que evitarlo.
No cree que se trate de aplicar nuestra moral a los animales, sino de darse cuenta de que ninguna criatura desea sufrir, y como seres superiores debemos hacer lo posible por evitarlo. Eso supone que habría que tomar todo tipo de medidas, desde localizadores GPS para los animales hasta modificarlos genéticamente para que no sigan sus instintos naturales. Pearce dibuja un futuro en el que tendremos un control casi absoluto del medio ambiente, por lo que habremos de responsabilizarnos de todo lo que pasa en él. Algo que opina que muchas religiones apoyarían, desde el budismo hasta el cristianismo.
Considera que el control de las poblaciones no debe justificar a los depredadores, del mimo modo que los humanos luchamos contra los mosquitos que trasmiten enfermedades y limitan nuestra expansión. La solución son los mecanismo de control de la natalidad. Hay que modificar a los animales, del mismo modo que los seres humanos nos hemos cambiado a nosotros mismos con el desarrollo tecnológico. Pearce se da cuenta de que sus ideas tardarán muchos años en llevarse a cabo, pero cree que vale la pena luchar por un mundo perfecto. Sin duda, hay muchos otros temas prioritarios en este momento, pero sus propuestas resultan inspiradoras.
¿Qué opinas de este asunto? ¿Acabarías con la depredación natural si resultara posible, o crees que se trata de ir en contra de las leyes de la naturaleza?
Imagen | Corinata
Para conseguir todo esto abría que empezar primero por el hombre, dejar de ir con la escopeta al campo y no vender más cañas de pescar, pero eso es como quitar de un plumazo las plazas de toros y extremos hasta los san fermines.