El coche autónomo se acerca: analizamos por qué los conductores se han quedado obsoletos

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Coche de Google

A día de hoy, sorprendería que nos pusiéramos a hacerla colada a mano, porque las lavadoras se encargan. Hay montones de tareas que delegamos en las máquinas pero, casi siempre, debemos controlar de cerca su trabajo. Y es que un ingenio mecánico puede ser muy eficiente en una labor, pero el software de lo controla pocas veces está a la altura. Uno de los campos en los que mejor recibida sería la ayuda de los ordenadores se trataría de la conducción.

Google tiene mucho interés en este sector: por un lado está desarrollando Android M como asistente en los coches actuales, pero también trabaja en una nueva generación de automóviles que se conducen solos. Se trata de una revolución en toda regla, pero tal vez haya personas a las que no les convenza eso de dejar de controlar su coche e ir dirigidos por una ordenador. Así que, antes de nada, aportaré argumentos que creo que dejan muy claro que la conducción autónoma debería volverse obligatoria una vez la tecnología se haya desarrollado lo suficiente.

¿Por qué necesitamos coches autónomos?

No tiene sentido que una persona conduzca un coche si un software lo puede hacer mejor, por mucho que le resulte placentero ponerse al volante. Muchos creen que los riesgos de la conducción no les afectan, pero eso es una simple ilusión. Desmotar esa forma de pensar resulta muy sencillo: ¿si tan bien conduce alguna gente, porque se obliga a usar el cinturón de seguridad? Obviamente, porque todo el mundo puede cometer errores. Y, aún suponiendo que haya conductores muy hábiles, lo correcto es que renuncien a la conducción manual en favor de unos beneficios comunitarios importantes. Concretamente, son cuatro factores clave:

Seguridad

No cabe duda de que el coche se trata de un medio de transporte peligroso, y las administraciones ponen mucho empeño en evitar los accidentes. La verdad es que se han realizado avances considerables, eso es innegable. Lo podemos apreciar en esta gráfica elaborada por la Dirección General de Tráfico de España que indica la evolución del número de víctimas mortales en las carreteras:

Gráfica de siniestralidad en carretera

La tendencia es a la baja y, aunque considero evidente que un factor clave son las campañas de educación vial y el control del tráfico por parte de los agentes correspondientes, también el avance de la técnica ha tenido mucho que ver. Y es que la mejora de las carreteras y de los vehículos representan un aspecto importante. ¿Podría acercarse a cero el número de muertos en accidentes de tráfico en el futuro? Sin la conducción autónoma, lo veo difícil. Echemos un vistazo a algunas estadísticas de seguridad vial del 2013 en España:

– En el 38% de los accidentes de tráfico con víctimas ha tenido lugar algún tipo de distracción.

– En el 22% de los accidentes con víctimas mortales se dio un exceso de velocidad.

– En el 43% de los fallecidos en las carreteras se detectó alguna sustancia relevante, como alcohol (67%), drogas ilegales (35%) o medicamentos psicoactivos (33%).

Está claro, un ser humano no puede conducir de forma perfecta. A una máquina le puede costar, pero estoy convencido de que se puede conseguir. Desde luego, el reto es el software, porque los fallos en la mecánica del automóvil no representan una causa demasiado frecuente de accidentes.

Coche robot

Velocidad

La velocidad máxima en España está marcada en 120 km/h, y no parece que se vaya a mover mucho de esta cifra. Sin embargo, los coches modernos pueden ir mucho más rápido, por lo que desaprovechamos su potencial. No hablamos de súper deportivos ni de berlinas de gama alta, sino que utilitarios de los que vemos todos los días superan ampliamente los límites. Echemos un vistazo a algunos modelos comunes:

Modelo Potencia Precio Velocidad punta
KIA Picanto 69 CV 10.145 euros 153 km/h
SEAT Ibiza 70 CV 14.520 euros 163 km/h
Peugeot 308 82 CV 17.300 euros 177 km/h
Ford Focus 115 CV 21.400 euros 195 km/h

Es cierto que en algunos países no existen límites de velocidad y los accidentes no son más frecuentes. Pero resulta obvio que el ser humano tiene una capacidad de reacción limitada, lo que impide superar ciertos topes. En principio, una máquina no sufre ese problema, ya que puede procesar muchos datos de forma casi instantánea. Así que creo que, con coches autónomos lo suficientemente avanzados, en unas décadas podríamos ir por las autopistas a velocidades ahora impensables.

Rendimiento

El hecho de que los seres humanos seamos imprevisibles hace necesario regular el tráfico de forma estricta. Una persona no puede pasar un semáforo en rojo, pero un coche podría hacerlo si se desarrollara un sistema (que aún es una utopía) que le permitiera sincronizarse con otros vehículos. Las distancias de seguridad se volverían mucho menos necesarias con automóviles de reflejos inmediatos, y todo sería más sencillo.

En un entorno en el que los coches se comuniquen por Wi-Fi entre ellos, podríamos hablar del fin de los atascos (a no ser que se compren más vehículos aun…) pero, incluso antes de eso, serían posible normas de tráfico menos restrictivas para los coches autónomos, que se adecuen a sus peculiaridades.

Coche autónomo

Ventajas para todos

Aparte de lo que afecta propiamente a la conducción, el cambio en nuestras vidas que podría suponer un coche autónomo me parece enorme. Realmente, aquí cada uno puede echar a volar su imaginación, pero se me ocurren algunos ejemplos bastante interesantes del inmenso potencial que estamos empezando a atisbar:

– Al principio un coche autónomo deberá llevar un conductor humano de apoyo pero, cuando no sea necesario… ¿por qué no iba a poder venirnos a buscar cuando lo llamemos desde nuestro smartphone?

– Los primeros modelos requerirán supervisión humana en todo momento, casi seguro, pero un coche por completo automático nos permitiría aprovechar los trayectos para trabajar o para el ocio.

– ¡Se acabo no poder beber y conducir! Aunque no tuviéramos transporte público disponible, nuestro coche inteligente nos llevaría a casa sanos y salvos.

– A largo plazo, muchas empresas usarían esta tecnología para prescindir en la medida de lo posible de los conductores. Si eso es bueno o malo, ya depende de a quién se le pregunte.

– Incluso puede que se dejen de poseer coches privados, y dependamos por completo de ultra eficientes taxis robóticos que nos lleven a todas partes. Cada vehículo se usaría lo máximo posible, por lo que sería un sistema muy eficiente.

Pero, ¿todo esto es real?

Hemos dado los argumentos para desarrollar los coches autónomos, pero nos encontramos a décadas de ver modelos como los que hemos descrito. De todas formas, muchas grandes obras han tenido inicios humildes. Hace poco tiempo hablamos de un tren de carretera de Volvo, en el que el primer vehículo lo dirige una persona y el resto lo siguen de forma automática. Obviamente, se trata de un primer paso pequeño, pero importante.

Marcas como Mercedes o Audi ya trabajan en este campo, y hacen las primeras pruebas reales. Puede que no reciban mucha atención mediática, pero la industria sabe que no puede dejar de lado esta tecnología, porque otra compañía se podría adelantar… y eso nos lleva directamente a Google.

El “Google car”

Google car

Y es que una marca como Google ya está desarrollando su propio coche autónomo. Es más, la empresa dispone de un prototipo definitivo con el que empezar las pruebas en entornos reales. Se trata de un modelo con una estética muy poco tradicional, que a lo largo de estas fechas navideñas se supone que va a ser estrenado en un circuito. Si todo sale bien, se continuará el experimento por las carreteras del norte de California. Por ahora, la velocidad está limitada a 40 hm/h, pero los responsables aseguran que no ven motivo para que no pueda alcanzar los 100 km/h si todo sale como han previsto.

Eso sí, el proyecto no pretende crear un producto comercial a corto plazo, sino sentar las bases de la tecnología. Está claro que se trata de un reto, y el coche completamente automatizado es un sueño por lo de ahora.

¿El futuro?

Sí, el coche autónomo es el futuro. Tengo muy claro que los retos tecnológicos se superarán, y que los conductores racionales se darán cuenta de lo ilógico que resulta correr riesgos innecesarios al volante. Todos estaremos más seguros y viajaremos más rápido. La conducción manual quedará prohibida, o al menos se verá muy restringida. Puede parecer que mi predicción es arriesgada, pero me parece un paso lógico. Hace 30 años nadie pensaría que se podría impedir fumar en un bar. Dentro de 30 años nadie creerá que en el 2014 se conducía de forma manual.

Coche del futuro

Por desgracia, el estado del proyecto de Google demuestra que queda mucho trabajo por hacer. Elon Musk, el famoso emprendedor que dirige la marca de coches Tesla, cree que en tres años veremos los primeros modelos en la carretera. Me parece un plazo extremadamente optimista, pero está claro que la tecnología se acerca, y que cambiará por completo nuestra forma de transportarnos.

¿Qué opinas de este tema? ¿Te gustaría que un Google car te llevase a todas partes, o nunca renunciarías al placer de conducir?

Archivado en Coches autónomos, Motor
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