Todo el mundo conoce Silicon Valley y lo que esta agrupación de empresas tecnológicas comporta para la industria. En este punto del mundo, situado en San Francisco, ocurre la máxima innovación tecnológica que podemos encontrar, y es por ello que año tras año nuevos descubrimientos e ideas nacen allí y se transmiten al resto del mundo.
Lo que es cierto es que la innovación de Silicon Valley se centra en la tecnología en general, e ignora otros aspectos quizá más concretos como la creación de videojuegos o el rodaje de películas. En relación a este último, en el mundo del cine ya existen los grandes estudios de Hollywood donde se graban la mayoría de películas que llegan a nuestros cines, pero los videojuegos parece que aún no han encontrado su sitio.
En verdad, en Estados Unidos, Austin tiene una gran presencia en este sector. Allí compañías como Blizzard –World of Warcraft–, Arkane Studios –Dishonored– o Bioware Austin –Star Wars: The Old Republic–, tienen su sede para desarrollar videojuegos en un entorno favorecedor. Pero realmente, en el mundo también hay muchas más localizaciones donde se producen juegos de distintas compañías.
Alemania es un país que no se conoce especialmente por su cultura de videojuegos. Si pensamos un referente en este sector debemos ir a Japón, donde se encuentran compañías como Nintendo, Square Enix o Sega, conocidas en todo el mundo y con experiencia desde hace muchos años. No obstante, no son tantas las compañías de videojuegos que se encuentran allí, con poca innovación y muy pocas startups que brinden de nuevos aires al sector.
¿Qué tiene Alemania de especial?
Contrariamente a otros países del mundo, el soporte financiero de las entidades gubernamentales es muy grande. Emprendeduría y ventajas fiscales para las startups provocan una mezcla perfecta para el surgimiento de nuevas empresas en el país de Europa Central. Los centros de innovación en el sector se localizan en 3 grandes ciudades: Berlín, Frankfurt y Hamburgo.
El país también cuenta con algunas grandes ferias de videojuegos, las más grandes de Europa. En Agosto se celebra la Gamescom en Colonia, que tiene lugar dentro de los eventos de la Game Developers Conference, pero al contrario que otras ferias como el E3 de Estados Unidos o el Tokyo Game Show de Japón, este evento es más colaborativo, y favorece el intercambio de ideas entre los profesionales del sector.
Si tenemos en cuenta los puestos de trabajo que esta industria genera, de acuerdo al gobierno alemán, se ha crecido de unos 6.000 a 10.000 empleos relacionados con el publishing y desarrollo de videojuegos. Y por si esto fuera poco, si contamos otras ramas como el marketing y los puntos de venta, el número de puestos de trabajo que puede llegar a generar esta industria alcanza cifras gigantescas de 25.000.
Hay que tener en cuenta otros países europeos
Alemania no está sola en el auge del sector de los videojuegos, la competencia es dura, y sobretodo ahora que más juegos para plataformas móviles se están desarrollando. Finlandia está empezando a despegar, más aún con la popularidad de Candy Crush Saga y Angry Birds, cuyos estudios se encuentran allí. Otros países como Suecia o Inglaterra también son localizaciones jugosas para los estudios desarrolladores de videojuegos.
Esto países lo que hacen es dar mucho soporte a las empresas de nueva creación para que generen ingresos y beneficios de una manera acelerada, así poder recuperar la inversión más rápidamente. No es un mal trato, siempre y cuando la compañía termine siendo exitosa y no caiga en bancarrota. El caso perfecto de éxito es el de Candy Crush, que por si solo genera más dinero que toda la industria del videojuego alemana junta.
El problema alemán es que se han centrado demasiado en juegos free-to-play, además de algunos juegos de navegador, que no generan ingresos suficientes. También se ha creído que el mercado era suficientemente grande en el propio país, y no se ha mirado más allá de la frontera. Para que siga siendo rentable, Alemania necesita mantener la posición de liderazgo en juegos gratuitos y de navegador. Actualmente está trasladando este modelo de negocio a plataformas móviles, igual que está haciendo Finlandia.
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En definitiva, Alemania, especialmente Berlín, tiene un muy buen clima para hacer crecer este sector. Los trabajadores alemanes y extranjeros hacen un buen mix y se compaginan a la perfección para crear este entorno de innovación. Las empresas alemanas son muy sólidas, pero hace falta una buena labor de marketing para que se consigan mantener en la cúspide que han creado durante años.
