Una voz profunda de fondo, un gran montaje y una música cautivadora, así son los trailers. No podemos negar que alguna vez hemos sido atraído por uno de ellos. Las decenas de películas estrenadas cada año dan lugar, a su vez, a nuevos trailers, por lo que no es de extrañar que estemos cada vez más familiarizados con esta palabra.
Sin embargo, ¿sabemos realmente qué son? ¿Conocemos su origen? ¿Cuándo comenzaron a utilizarse? Pues bien, esta y otras preguntas serán respondidas en este post sobre el rey del márketing cinematográfico.
Primeros trailers
Los primeros cines en Estados Unidos llegaron en 1900 y solo contaban con una pantalla. Por aquel entonces, los espectadores pagaban para tomar asiento y ver un ciclo de imágenes mezcladas con dibujos animados.
Ya en 1912, el productor de Broadway Nils Granlund fue contratado por la empresa exhibidora de Marcus Loew. Este primer trailer duraba un minuto y recogía escenas de su próximo espectáculo, The Pleasure Seekers.
También en el mismo año, Guillermo Selig, visionario de películas en Chicago, planeó incentivar el interés de la sociedad del Siglo XIX. Para ello, decidió añadir a cada capítulo de la película seriada The Adventures of Kathlyn con un pequeño teaser en el que adelantaba el contenido de la próxima entrega.
Y de esta forma, los trailers fueron ganando popularidad con el paso del tiempo. De hecho, New York Times publicaba en 1917 un artículo enumerando la difusión masiva de su uso e integración.
Estos primeros vídeos eran básicos y únicamente incluían fragmentos de las películas con un texto rudimentario y el nombre de las estrellas. De esta forma, con las estrellas como reclamo, se llamaba la atención del público. Además, su aparición también sirvió para crear una nueva industria subcontratada por los grandes estudios.
El Servicio Nacional de Pantalla
En 1919, el emprendedor Herman Robbins decide sacar partido al potente mercado de los trailers. Sin el permiso de los estudios, comenzó a enlazar escenas de películas enlazándolas con títulos. Después, los vendía a las salas de cine, con lo que acabó fundando la compañía National Screen Service.
Lejos de enfadarse, los estudios optaron por enviar voluntariamente sus películas. De esta forma, se creó una situación ideal para ambas partes: Robbins firmaba acuerdos con cientos de salas mientras la industria promocionaba sus producciones.
La National Screen Service dominó el mercado y fue entonces cuando las salas de cine decidieron emitir los trailers antes de la proyección y no después, como había sido habitual hasta el momento.
Los 60, una etapa de cambio
La década de 1960 trajo consigo una oleada de nuevos talentos. Alfred Hitchcock fue, indudablemente, uno de esos cineastas que imprimieron su huella con fuerza en cada una de sus películas.
La narración en las películas de Hollywood estaba cambiando también y los directores comenzaron a asumir mayores riesgos. El enfoque de la National Screen Service comienza a ser sustituido y el control de los trailers pasa a ser asumido de nuevo por los estudios.
Los trailers comenzaban entonces a ganar peso de cara al estreno de la película. Su complejidad aumentó, ya que muchos requerían bandas sonoras especialmente encargadas. La música ganó importancia y comenzaron a emitirse como anuncios independientes.
Tiburón y el boom de los trailers
En 1970, el uso de los trailers se asienta completamente. Los estudios comenzaron a otorgar importancia a su distribución, aunque ninguno con tanto éxito como Universal Pictures. El popular estudio triunfó en 1975 con su trailer de Tiburón.
Tiburón se convirtió en un punto de inflexión y aceleró el proceso de distribución. Universal elaboró un sistema totalmente novedoso y la estrenó simultáneamente en más de 450 salas de cine el día de la premier.
En la actualidad, los estudios compiten por crear los trailers más espectaculares. Hoy en día, conseguir más visitas en YouTube o entrar en la lista de los mejores trailers se ha convertido en uno de los principales objetivos de los estudios.
¿Por qué ha perdurado el nombre de “trailer”?
El nombre trailer surgió por la posición en la que eran proyectados, después de las películas. La palabra trailer significa remolque y, a pesar de que acabaron proyectándose antes de las películas, el nombre ya había calado entre los espectadores.