En todo el mundo existen numerosas compañías que fabrican smartphones, por lo que se puede decir que la competencia es enorme y una de las más feroces que existen. La principal razón de ello es que los smartphones son bienes duraderos, es decir que su uso no se limita a una sola vez, sino que nos proporciona utilidad durante un largo periodo de tiempo, antes de que puedan ser cambiados por otros. Esto lo que provoca es que la mayoría de personas cambien su teléfono móvil al cabo de unos 2 años, así que las compañías quieren hacer que el próximo producto que te compres sea fabricado por ellos, e intentan capturar el máximo valor posible del consumidor para así aumentar sus beneficios.
Capturar valor no es una tarea fácil, ya que lo que se tiene que hacer es hacer creer al público que tus productos son mejores que los de la competencia, y eso solo se consigue mediante la diferenciación. Actualmente, este es un tema muy recurrente, ya que continuamente podemos ver debates que tratan sobre qué compañía copia a otra y además un caso muy reciente es el de las patentes de Apple y las de Samsung. No más lejos de la realidad, en Asia, los gobiernos están empezando a adoptar medidas antimonopolio que podrían hacer que grandes compañías como Apple o Qualcomm transmitan sus patentes y licencias a la competencia.
Esto, podría generar que las compañías asiáticas consiguiesen ventaja respecto a los otros competidores extranjeros, por lo que otros países como la India o Brasil están estudiando la implantación de medidas similares. Realmente, tomar esta decisión podría suponer una alteración de las grandes fuerzas que integran este sector de los smartphones. Empresas como Apple o Microsoft podrían ver debilitada su posición como principales compañías del mercado Chino, además de otros países donde el sector tecnológico está empezando a coger fuerza.
La respuesta del sector
Podemos ver que el sector no se va a quedar de brazos cruzados, esto es una muy buena oportunidad para que pequeñas empresas de smartphones, equipen sus productos con nuevas funcionalidades y características sin tener que pagar por utilizar esta patente. Por lo tanto, los costes de fabricación serán más bajos y muchos más terminales de mayor calidad y al mismo precio serán fabricados. Esto quiere decir que será más barato adquirir un terminal de última generación que sea fabricado en China.
No obstante, las grandes compañías también actuarán, ya que algunas empresas como Qualcomm obtienen el 63% de sus beneficios gracias a las patentes, por lo tanto no quieren que todo esto se eche a perder. Hay que pensar que el poder de negociación de Qualcomm es muy elevado, por lo que ha usado en distintas ocasiones la posición de poder que tiene para así forzar a sus consumidores para que acepten las condiciones que impone respecto a la cesión de patentes.
Una repercusión negativa que podría tener en el sector es la disminución de capacidad para innovar. Con estas medidas se encarece el coste que Apple o Microsoft tienen cuando crean e innovan nuevos productos, con lo que puede suponer un gran obstáculo para la industria y el sector en general. Evidentemente, esto acabaría llegando a nosotros, los consumidores que nos veríamos afectados por móviles más caros y con menos prestaciones, algo que se contradice con lo dicho anteriormente.
Conclusión
Debemos observar que hay dos vertientes claramente diferenciadas: lo que va a pasar en Asia y lo que va a pasar en Europa y el resto del mundo. Por una parte, los reguladores asiáticos buscan aumentar la competencia de sus países, con lo que estas medidas van a conseguir que las empresas de fabricación de smartphones tengan más accesibilidad a las innovaciones tecnológicas. Volvemos otra vez al tema de la diferenciación, ya que muchos móviles asiáticos tendrán características similares a los tope de gama, pero habrá que buscar la diferenciación por algún otro lado, ya que lo que quieren es que el consumidor compre su producto y no el de otra compañía.
Por otro lado, en Europa esta competitividad se verá cesada, ya que las empresas perderán capacidad de innovación, así que los teléfonos chinos que recibiremos aquí no serán tan innovadores como los que nos venían presentando hasta el momento. Seguramente las grandes compañías deberán buscar otras maneras de ofrecernos sus servicios competitivos, pero esto es una característica que las pequeñas empresas no podrán conseguir.
Realmente no creo que pasen estas cosas, ya que seguro que las grandes empresas tienen algún plan para evitar perder su fuerza en los mercados de telefonía. Esto son solo supuestos que se derivan de las nuevas medidas que los mecanismos reguladores asiáticos quieren imponer, pero lo más probable es que la competencia aumente en Asia y aquí no nos lleguen a afectar estos cambios. Todo está por ver, pero por el bien de empresas y usuarios, creo que Apple o Qualcomm no se permitirán perder fuerza a nivel internacional.
¿Qué opinas tú de este tema? ¿Se verá el futuro de los smartphones capado por estas medidas o crees que las marcas asiáticas nos sorprenderán con mejores terminales?