En Internet el servicio de búsqueda más habitual y que usa casi todo el mundo es Google. A partir de aquí podemos introducir en el recuadro de búsqueda cualquier término del que queramos recibir información y el propio buscador nos mostrará el resultado en nuestra pantalla. Es una tarea muy sencilla que ha conseguido revolucionar Internet, ya que en el buscador se indexan todas las páginas web que existen.
Dentro de una página web también hay un buscador interno. En este caso, si lo que queremos saber son los vuelos que salen desde Barcelona a Nueva York, podemos ir a cualquier página de cualquier aerolínea y nos mostrará en sus resultados, las opciones que tenemos para poder hacer este vuelo. No obstante, esta página web solo nos permitirá ver los de una compañía en concreto, por lo que si queremos volar en la más barata tendremos que compararlo manualmente buscándolo en cada aerolínea por separado.
Pero este problema tiene una solución muy fácil, y esta se encuentra en los metabuscadores. La definición de Wikipedia para metabuscador es la siguiente:
Es un sistema que localiza información en los motores de búsqueda más usados y carece de base de datos propia y usa las de otros buscadores y muestra una combinación de las mejores páginas que ha devuelto cada uno. Un buscador normal recopila la información de las páginas mediante su indexación, como Google o bien mantiene un amplio directorio temático, como Yahoo. La definición simplista sería que un metabuscador es un buscador en buscadores.
Pues bien, en el ejemplo anterior, un metabuscador podría ser la plataforma Skyscanner, en la que se recopila información de diferentes páginas web para así poder ofrecer un rango de posibilidades muy amplio para aquellos usuarios interesados en comparar diferentes precios. La posibilidad de seleccionar diferentes filtros como el precio o las fechas son un valor añadido de los metabuscadores y que crean una facilidad para que los usuarios escojan aquellas variables que más importancia tienen.
¿Beneficioso o perjudicial para los consumidores?
En un ambiente en el que las compras virtuales están empezando a superar a las físicas, es muy probable que en el futuro la mayoría de usuarios decidan utilizar este tipo de servicios para realizar sus compras. Hasta el momento, había una discriminación de precios que favorecía a aquellos que pasaban más tiempo en Internet buscando información sobre un producto y comparando su precio entre distintas páginas que lo vendían. Ahora todo esto puede cambiar.
Ahora llega el momento del cambio, y es que la utilización de los metabuscadores puede provocar que estos precios bajen de manera general. Hay que tener en cuenta muchas otras variables como la reputación de la web o el servicio post-venta, pero puede llegar un momento en el que los usuarios salgan beneficiados de ello. Si existen muchas compañías, cada una va a luchar por poner el precio más bajo y así poder captar más compradores, por lo que en este caso gana el consumidor.
No obstante, también puede ocurrir lo contrario. Puede pasar que las grandes empresas paguen a los metabuscadores para que sus resultados salgan más arriba que los del resto, y ponerse de acuerdo entre compañías para ofrecer un precio más alto y conseguir capturar más beneficios que en un sistema donde la competencia sea más fuerte. Esto, sin embargo, requiere una gran compenetración por parte de las empresas — algo muy restringido por las leyes — y además se debe castigar a aquél que decida poner un precio más bajo que los otros.
En definitiva, gracias a este sistema también se recompensará a aquellos consumidores que pasen más tiempo realizando búsquedas, ya que no se quedarán con el primer resultado que encuentren y además buscarán otras opciones que añadan algunos extras al producto, como por ejemplo accesorios o extensiones de garantía. Lo que sí que conseguiremos será reducir el tiempo que se tarda en comparar mientras visitas diferentes páginas web, además de conseguir un precio accesible para todos
Veremos si hay alguna compañía que decida hacer un servicio así comparando los precios de smartphones en las distintas páginas como Amazon, eBay o Aliexpress, entre otras. Si alguna empresa como Google se planteara hacerlo podría conseguir bastante facturación, aunque siempre queda la opción de que alguna startup decida hacer el paso y se haga popular.
